Caso Pelicot
Caroline Darian, la hija de Dominique Pelicot, asegura que su padre también la drogó y la violó: "Mi padre debería morir en prisión"
El caso de Dominique Pelicot sacude Francia y evidencia el terror de la sumisión química.
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La historia de Caroline Darian dio un vuelco irreversible en noviembre de 2020, cuando su madre, Gisèle Pelicot, la llamó para revelarle que su padre, Dominique Pelicot, llevaba al menos una década drogándola para que varias decenas de desconocidos la violaran. Un estremecedor testimonio que ahora Darian relata en una entrevista concedida al programa 'Today' de la BBC.
"Me dijo que había descubierto esa misma mañana que Dominique había estado drogándola durante unos 10 años para que diferentes hombres la violaran", cuenta Darian, hoy de 46 años. "En ese momento, perdí la vida normal que solía tener. Fue como un terremoto, como un tsunami". Tras aquel impacto, Darian tuvo claro que su padre debería “morir en prisión”.
En diciembre, la Justicia francesa condenó a Pelicot a 20 años de cárcel al término de un histórico juicio de tres meses y medio. Según la investigación, el acusado habría captado a más de 50 hombres, reclutados vía internet, para violar y agredir sexualmente a Gisèle, que permanecía inconsciente bajo los efectos de las drogas. El proceso se inició cuando las autoridades lo sorprendieron, en un supermercado, tomando fotos debajo de las faldas de mujeres.
Darian recuerda cómo la Policía le mostró dos fotografías en las que se veía a una mujer inconsciente: "Me costó mucho reconocerme desde el principio", confiesa. Aunque no hay pruebas de que Pelicot la agrediera, ella asegura: "Sé que me drogó, probablemente para abusar sexualmente de mí, pero no tengo ninguna prueba".
Un juicio sin precedentes
El caso puso en el centro del debate la sumisión química: el uso de drogas para facilitar agresiones sexuales. Darian insiste en que "la mitad de las víctimas no denuncia" porque, a menudo, ni siquiera son conscientes de haber sido drogadas. Para su madre, las pruebas eran claras: miles de vídeos y fotos del delito, halladas en la computadora de Pelicot.
"Mi madre decidió que el juicio fuera público para exponer todo lo que nos hizo. Yo sabía que habíamos pasado por algo horrible, pero teníamos que afrontarlo con dignida", explica Darian. Desde entonces, su familia, rota por una traición inimaginable, trata de reconstruirse.
"Nunca volveré a llamarlo papá"
Darian decidió plasmar esta historia en un libro, I’ll Never Call Him Dad Again. "Cuando miro hacia el pasado, no recuerdo realmente al padre que creía que era. Veo directamente al criminal sexual que fue". Pelicot, de 72 años, seguirá entre rejas varios años antes de poder solicitar la libertad condicional. "Es un hombre peligroso. No hay manera de que pueda salir de prisión. De ninguna manera", afirma su hija con rotundidad.
Hoy, Darian canaliza su energía para luchar contra la sumisión química y concienciar sobre la violencia sexual. Respaldada por su familia y un sentido de misión, busca que su testimonio dé voz a quienes, sin pruebas, no reciben justicia. "Soy diferente a Dominique", sentencia. "Él sabía lo que hacía y no está enfermo. No hay disculpa. Merece morir en prisión".
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