Centenares de refugiados intentan conseguir billetes en la estación Keleti de Budapest para subirse a algún tren con destino a Occidente, en especial Alemania, después de que se anunciara que los inmigrantes con documentos de identidad podrán abandonar el país. La estación se ha convertido desde hace semanas en una zona de tránsito para cientos de refugiados que, después de entrar en Hungría desde Serbia, quieren seguir hacia países más ricos de Europa, principalmente Alemania.
Después de que hubiera protestas en la estación cuando un grupo de refugiados pidió que se le autorizara a subir a los trenes, este lunes desaparecieron los policías que vigilaban los accesos y los inmigrantes llenaron varios convoyes para ir a Viena o Múnich. En grupos de 10 o 20 personas, los refugiados, en su mayoría sirios, intentaban subir a un tren que partió poco después del mediodía local con destino a Múnich, muchos de ellos entre grandes muestras de alegría.
Aunque por el momento no se sabe quién autorizó que los refugiados sigan su viaje, la información se difundió rápidamente y centenares de ellos subieron al tren, ocupando también los pasillos y otros espacios. "Vamos a Alemania", declararon alegres tres refugiados de unos 25 años que no llevaban otra cosa que una pequeña mochila y que, explicaron, llevaban tres días en la estación.
Otro refugiado sirio dijo que, a pesar de que se supo que solo podrán abandonar Hungría aquellos que cuenten con documentos válidos y billetes, él lo intentará, aunque únicamente tenga pasaporte. "Lo intentaré igual, seguramente podré entrar en Austria", indicó justo antes del cierre de las puertas del tren.
Pese a que según se estima más de 1.000 personas pudieron seguir hacia Occidente, la estación parece un campamento, ya que por el momento no se sabe qué pasará con los refugiados no sirios. Alemania ha prometido dejar en suspenso la normativa de Dublín para los solicitantes de asilo de Siria y que no tengan que volver al país por el que hayan entrado en la Unión Europea. No obstante, aunque los sirios son muchos, solo representan una parte de los 150.000 inmigrantes que entraron en Hungría en los últimos ocho meses.
Austria señaló que solo se permitirá el paso de aquellos que no hayan aún iniciado el trámite de solicitud de asilo en Hungría. Un primer tren con cientos de refugiados que se dirigían a Viena permaneció durante horas retenido en la frontera de Austria con Hungría, aunque finalmente se le ha permitido continuar su camino.