La Confederación General de Trabajadores (CGT) y el sindicato Solidaires continuaron su pulso contra las políticas de Gobierno de Emmanuel Macron con un centenar de manifestaciones en toda Francia de diversos gremios que pretenden dar forma a un movimiento único de contestación social.
Los ferroviarios lideraron las protestas en una octava jornada de huelga que obligó a la compañía pública de trenes SNCF a cancelar un tercio de las conexiones. Tras ellos, el sector energético, que causó cortes en estaciones de trenes y bloqueos en centrales nucleares; personal de hospitales, guarderías, correos y estudiantes, contrarios al nuevo acceso a la universidad mediante un sistema de selección.
En París, la manifestación comenzó a las 14:00 hora local (12:00 GMT) en el Boulevard de Montparnasse, donde el líder sindicalista Philippe Martínez (CGT) habló de una muestra del "descontento general en todas las categorías de la población".
Sin embargo, si se toma la capital como termómetro, hay un descenso de la participación, que los sindicatos atribuyen al periodo vacacional.
Según la CGT, en París hubo 50.000 personas, frente a las 65.000 del 22 de marzo pasado, cifras que la policía rebaja a 11.500 hoy y 49.000 hace un mes.
La convocatoria de la protesta denuncia que, desde la llegada de Macron al Elíseo hace casi un año, el Gobierno y su mayoría parlamentaria no dejan de cuestionar el actual modelo social con el objetivo de "instaurar, por la fuerza, una sociedad cada vez más injusta y desigual", que beneficia a los más ricos.
La CGT y el sindicato Solidaires confían en construir un frente común, que aboga en el llamamiento de hoy por contestar la reforma laboral de Macron, por un aumento de los salarios y las pensiones, el desarrollo de un empleo de calidad o la obtención de derechos colectivos "de alto nivel".
"El Gobierno tiene que dejar de tomarnos por imbéciles diciendo que quiere negociar. Cada vez que un ministro toma la palabra es para decirnos que podemos hablar pero que no van a cambiar nada. Eso no es lo que nosotros entendemos por diálogo", declaró Martínez.
El sindicalista justificó así la cancelación del encuentro con la ministra de transporte, Elisabeth Borne, y pidió que sea el primer ministro, Edouard Philippe, quien reciba a los colectivos.