Cientos de mujeres se han concentrado en varias ciudades británicas por el secuestro y asesinato de Sarah Everard a manos de un agente de policía en Londres. La Policía reprimió con violencia dicha concentración "por riesgo de transmisión de coronavirus".
La comisionada de Policía, Helen Ball, defiende la actuación de la Policía británica. "La pandemia no ha terminado, y los agentes hablaron con las manifestantes durante mucho tiempo para explicar la situación", explica.
Centenares de mujeres acudieron a Clapham Common para llevar a cabo una vigilia, a pesar de que la Policía Metropolitana de Londres (Met) lo prohibiera por el coronavirus.
Las mujeres que acudieron gritaron "vergüenza" cuando los agentes de policía comenzaron a reprimir a algunas asistentes. Cuatro mujeres fueron detenidas por alterar el orden público y cometer varias infracciones respecto a las restricciones establecidas.
La ministra británica de Interior, Priti Patel, ha solicitado un informe sobre lo sucedido al manifestar su "malestar". El alcalde de Londres, Sadiq Khan, dijo que las escenas que se vieron anoche fueron "inaceptables".
También el líder del Partido Liberal Demócrata, Ed Davey, ha criticado la "terrible" actuación policial que "causó daños y heridas".
Desapareció cuando volvía a casa
El agente Wayne Couzens, de 48 años, compareció ayer ante un tribunal de Londres acusado de los delitos de secuestro y asesinato de la joven. Couzens formaba parte del cuerpo de élite parlamentario y diplomático.
Sarah Everard desapareció cuando volvía a su casa a las 21:00 horas, después de visitar a unas amigas en el sur de Londres. Su cadáver fue localizado una semana después en una zona arbolada del condado de Kent, donde fue detenido el agente.