Los brasileños están completamente desesperados por vacunarse, en los últimos días se han podido ver colas de más de siete kilómetros formadas por personas de más de 60 años, para recibir su dosis en Río de Janeiro
La evolución del coronavirus en este país es muy preocupante. Con 1.600 muertos diarios se enfrenta a la peor fase de la pandemia.
Ahora mismo están todavía en una segunda ola que no deja de crecer. En Brasil la incidencia de casos por cada 100.000 habitantes sigue aumentando día tras día.
Si nos fijamos en cuánto ha cambiado la incidencia estos últimos días, llama mucho la atención el descenso de los casos en Reino Unido y en España. En Francia, preocupa algunas zonas, como la de París, donde desde hoy se refuerza la campaña de vacunación.
Los franceses, hartos de las restricciones
El objetivo en el país galo es vacunar a miles de franceses entre hoy y mañana aprovechando las miles de dosis de AstraZeneca que están sin utilizar, quieren repetir esta operación cada fin de semana ya que quieren evitar un confinamiento duro.
Muchos de los franceses se han cansado de las duras restricciones en su país y acuden a España para tomarse un respiro. Por ejemplo, en Toulouse el toque de queda comienza a las 18h de la tarde, norma que comenzó en octubre.
"Lo que más me pesa es no poder disfrutar del ocio, sin vida social con los amigos, ni restaurantes, ni nada", explica una francesa.
La hostelería sólo funciona para llevar y es habitual ver a la gente comiendo en la calle. A diferencia de España, los restaurantes reciben importantes ayudas siempre que se demuestre que el negocio es viable.
"Con el buen tiempo la gente se concentra en las plazas, por lo que creo que ya se podrían ir abriendo los bares, los restaurantes, con precauciones claro está", asegura un hostelero francés en paro.
El coronavirus está también golpeando severamente al turismo, Francia es la primera potencia mundial, ciudades como Albí resisten gracias a los visitantes nacionales.
"Españoles, italianos, asiáticos... Claro que esta pandemia no está perjudicando", nos cuenta Maximilian, comerciante de Albí. La cultura es otra de las grandes damnificadas de esta pandemia. Un ejemplo es el teatro del Capitolio, uno de los más importantes del país, que como todos los demás lleva más de cuatro meses cerrado a cal y canto.
Con la esperanza de alternar, salir o viajar, nuestros vecinos sueñan también con poner freno a esta pandemia cuanto antes.