Liz Truss
Se comen en directo la famosa lechuga que batió a Liz Truss
La lechuga aguantó y ganó el pulso a Truss, pero no ha podido con un presentador británico.
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Tenemos nuevo capítulo de la saga que nos deja la historia de la lechuga que ganó a Liz Truss, ex primera ministra de Reino Unido. La hortaliza ha saltado al estrellato en todo el mundo por aguantar el pulso hasta ganar a la líder 'torie'. El objetivo de la insólita broma del tabloide 'The Daily Star' era retransmitir en vivo que llegaba antes, si el deterioro de la lechuga o el fin de Truss en su cargo.
La retransmisión en directo comenzó el pasado 14 de octubre y finalizó el jueves con la dimisión de la líder conservadora. El origen de la historia se remonta a la compra de una lechuga por tan solo 60 peniques para ver quien acababa perdiendo. Truss no soportó la presión de su partido y tiró la toalla tras ver como su proyecto fiscal se derrumbaba. En cambio, la lechuga no solo ha logrado aguantar sin caducar, sino que además ha sido devorada.
El periodista Jeremy Vine se ha comido en directo a la lechuga más famosa del planeta. Durante la emisión del Canal 5 británico, Vine tuvo el honor de morder la hortaliza. "Tenemos que ver si todavía sabe a lechuga", ironizaba. Y es que, según el periodista, todavía no le habían dado la "coronación completa". Usó un cuchillo para abrir a la protagonista de esta satírica historia.
"Un poco peluda y desagradable"
"Simplemente hemos tomado una buena parte de las entrañas, no quiero nada en el exterior, se veía un poco peluda y desagradable", agregaba en directo. "Es suave por dentro, no diría que está completamente crujiente, pero es lechuga", sentenciaba.
Al conocer la dimisión, dieron la vuelta a la foto de Truss que se encontraba al lado de la lechuga en combate. Unas 20.000personas presenciaron en vivo el fin de Truss en el directo del tabloide británico mientras sonaba 'God Save the King'.
El vídeo apuntilló: "La lechuga sobrevivió a Liz Truss". Muchos días frente a todos los focos y la hortaliza no se marchitó. En cambio, con renuncias y giros en sus políticas, la primera ministra británica deja de estar a los mandos en Reino Unido.
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