Jubileo Isabel II
Las curiosidades del acto del Jubileo de Platino de la reina Isabel II
La reina Isabel II inaugura un jubileo hecho a la medida para relanzar la imagen de la monarquía.
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Isabel II ha inaugurado este jueves las grandes celebraciones del jubileo de platino, sus 70 años de reinado, destinadas a redorar la imagen de la monarquía en tiempos difíciles. Lo ha hecho desde el balcón del Palacio de Buckingham, donde ha realizado dos apariciones.
La reina, que ya tiene 96 años, afirmó que "espera que los próximos días sean una oportunidad para reflexionar sobre todo lo que se ha logrado durante los últimos setenta años, mientras miramos al futuro con confianza y entusiasmo" en medio de rumores acerca de su precario estado de salud y con una tormenta mediática desatada por los continuos escándalos que no dejan en paz a la familia real los últimos años.
El saludo desde el balcón, el desfile, los familiares... Así ha sido el acto
Muchas personas acampaban en los alrededores de The Mall, la avenida londinense, para reservar un lugar desde donde poder ver con nitidez el 'Desfile del Estandarte' en el que unos 1.500 militares de la guardia real, con sus bandas musicales y caballos, han abierto los cuatro días de celebraciones . La reina, sonriente, ha saludado a las tropas desde el balcón de Buckingham, acompañada de su bastón y de su primo Eduardo, duque de Kent, recibiendo una multitud de aplausos.
Todo estaba milimétricamente medido para garantizar que nada eclipsara el día de la reina, ni siquiera sus problemas de movilidad. Tras meses prácticamente sin realizar apariciones públicas, este mediodía se le ha podido ver hasta en dos ocasiones, ambas en ese balcón del Palacio de Buckingham.
Este desfile se realiza desde hace 250 años para conmemorar el cumpleaños oficial del monarca. No se celebró en 2020 y 2021 por el Covid, pero este año coincide con el inicio del Jubileo de Platino.
No hace mucho tiempo la propia Isabel II era capaz de realizar la ceremonia de saludo a las tropas montada a caballo. Por primera vez en sus 70 años, la reina no se ha unido a la familia real en los paseos por la avenida. Ha sido remplazada por el príncipe Carlos, que salía del Palacio detrás de un caballo rebelde que rompía la formación, seguido de su hijo, el príncipe Guillermo, y la princesa Ana. Carlos, que a sus 73 años va asumiendo funciones en una larguísima transición, ha inspeccionado las tropas en nombre de la reina.
Otros miembros de la familia real han llegado en carruajes para presenciar el desfile que ha recorrido The Mall hasta llegar al palacio de Buckingham. Por primera vez, los hijos de los duques de Cambridge han participado en el desfile. Como siempre en las grandes ocasiones, los británicos han desplegado en su máximo esplendor la pompa y el boato. La ciudadanía ha respondido en masa.
El acto de hoy ha terminado con unos 70 aviones de las fuerza aérea sobrevolando el palacio, haciendo que el pequeño Luis de Cambridge se tapase los oídos,y la segunda aparición de la reina, flanqueada por los principales miembros de la familia real para saludar a la multitud. Allí se han hecho la foto de familia únicamente los miembros en activo, aquellos que desarrollan funciones oficiales.
El único incidente de todo el acto ha sido la detención de varios animalistas que salían a protestar. Las celebraciones se prolongarán hasta el domingo con otro desfile, una misa de acción de gracias, carreras de caballos, un concierto pop donde estarán presentes los artistas favoritos de la reina Isabel II y decenas de miles pícnics y comidas al aire.
Enrique, Meghan Markle y Andrés, los ausentes
Para no generar polémicas, en los actos públicos se ha evitado la presencia del príncipe Andrés, el tercer hijo de la reina, alejado de la primera línea de la familia real por estar involucrado en un escándalo de agresión sexual a menor en Estados Unidos. Tampoco estarán el príncipe Enrique y su esposa la, exactriz estadounidense Meghan Markle, que en 2020 decidieron irse a vivir a California para poner distancia con la familia real a la que han llegado a acusar incluso de racismo
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