Bulgaria ha condenado a muerte a Penka, una vaca que está preñada y salió del país 'sin autorización' y entró en Serbia.
La vaca estaba pastando y accedió al país vecino, que está fuera de la Unión Europea, sin que los guardias fronterizos lo notaran. Fue un granjero serbio quien identificó al animal por su insignia y procedió a devolvérsela a su dueño.
Sin embargo, según las regulaciones europeas, se prohíbe que la vaca reingrese a su país una vez que ha estado fuera de la UE. De hecho, un veterinario búlgaro examinó a Penka y concluyó que debía ser rechazada porque había abandonado la Unión. Su dueño tenía un certificado veterinario serbio que acredita la buena salud de Penka, pero ha sido rechazado.
Una petición en Change.org pide a la UE que haga una excepción para que Penka no sea sacrificada. La campaña dice que "el caso Penka refleja una falta de compasión por parte de los funcionarios comunitarios".