Las potencias que firmaron en 2015 el acuerdo que limita el programa atómico iraní han coincidido hoy en una reunión del organismo nuclear de la ONU en pedirle que deje de incumplirlo, pero sin respaldar a EEUU en su estrategia de "máxima presión".
La Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) celebró hoy en Viena una reunión extraordinaria, a petición de EEUU, tras confirmar que Irán almacena más uranio enriquecido y a una pureza superior de lo que le permite el acuerdo.
De hecho, fuentes diplomáticas confirmaron que Irán está enriqueciendo uranio a una pureza del 4,5 %, por encima del 3,67 % establecido en el acuerdo. Ese nivel está aún lejos del 20 % al que llegó Irán antes del acuerdo, y del 90 % necesario para fabricar una bomba, pero sí supone un salto en el complicado proceso técnico de enriquecer uranio para fines militares.
Washington, que convocó la reunión tras intentar infructuosamente que alguno de los otros 34 miembros de la Junta lo hiciera, aseguró que los incumplimientos iraníes del acuerdo afectan a "la seguridad y estabilidad mundial" y suponen un "chantaje".
"Irán no tiene una razón creíble para ampliar su programa nuclear y no hay otra forma de interpretar esto que como un crudo y transparente intento de chantajear pagos a la comunidad internacional", denunció Jackie Wolcott, la embajadora estadounidense en el OIEA.
Irán ha justificado sus incumplimientos en la falta de respuesta de Alemania, Francia y Reino Unido, firmantes del acuerdo junto a EEUU, China y Rusia, en ofrecer soluciones a las nuevas sanciones impuestas por Washington a su economía, especialmente a sus ventas de petróleo.
Tras la elección de Donald Trump como presidente, Estados Unidos abandonó el año pasado el acuerdo por el que Irán limitó su programa atómico para no poder desarrollar armas atómicas a corto plazo, a cambio del progresivo levantamiento de sanciones. El embajador iraní ante el OIEA, Gharib Abadi, acusó hoy a EEUU de practicar "terrorismo económico" e insistió en que su país volverá a cumplir el acuerdo nuclear cuando los países europeos desarrolle un mecanismo que permita sortear totalmente las sanciones estadounidenses.
Dos fuentes diplomáticas que siguieron la reunión de la Junta, celebrada a puerta cerrada, coincidieron en explicar que hubo una petición generalizada a Irán de que no siga vulnerando el acuerdo, pero también menciones a que fue Estados Unidos quien abandonó unilateralmente el tratado. Una postura intermedia, señalaron esas fuentes, que puede interpretarse como una falta de apoyo a la estrategia de "máxima presión" a Irán que está aplicando EEUU.
Aunque la postura europea fue menos crítica con Washington que la de Rusia y China, con fuertes vínculos con Irán, también expresaron su pesar por la decisión unilateral de Washington de salirse del acuerdo y exigir una nueva negociación y un nuevo tratado. Con todo, casi todas las delegaciones, incluida la europea, pidieron a Irán que diera marcha atrás y cumpla sus compromisos.
Una fuente diplomática estadounidense que pidió no ser identificada aseguró estar satisfecha con el resultado de la reunión, de la que no salió ninguna resolución ni documento. "Estamos igual que ayer", señaló otro diplomático que sigue de cerca el caso iraní, al resumir el efecto del encuentro de hoy. El embajador iraní volvió a asegurar hoy que si no hay respuesta por parte de los europeos a sus demandas, dentro de 60 días comenzará a aplicar la "fase 3" y se saltará más compromisos, aunque no quiso especificar cuáles.
Ante la oferta de Estados Unidos de negociar una salida diplomática a la crisis, Abadi recordó que durante meses ya se negoció el acuerdo de 2015 y que ningún país puede avenirse a negociar mientras está sometido a sanciones. Además, insistió en que su país no "tiene nada que esconder" y que su programa de enriquecimiento de uranio está siendo supervisado por el OIEA y es un derecho reconocido en los tratados internacionales.