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REVUELTAS EN EL MUNDO ÁRABE | LIBIA

Los civiles huyen del este de Libia y los rebeldes esconden las armas por seguridad

Mientras las fuerzas de Gadafi aseguran que están recuperando terreno a los opositores, varios medios internacionales se hacen eco de los planes de Estados Unidos para rearmar a los rebeldes que, en su mayoría, desconocen el uso correcto de las armas. La ONU estima que más de 1.000 personas han perdido la vida desde que empezaron las protestas.

Aviones militares leales a Muamar al Gadafi atacaron hoy posiciones rebeldes a las afueras de la localidad de Ras Lanuf, en el este de Libia, aunque las dos bombas que lanzaron impactaron en una zona desértica. Una de las bombas cayó hacia las 10.45 hora local (08.45 GMT) a pocos kilómetros de un puesto de control miliciano junto a la terminal petrolera de Ras Lanuf, en una zona desértica, aparentemente para amedrentar a los rebeldes. Inmediatamente sonaron las baterías antiaéreas, pero los disparos no alcanzaron a la aeronave.

Fuentes rebeldes dijeron que otro avión había lanzado previamente otra bomba contra otra posición rebelde en Ras Lanuf, pero igualmente cayó en una zona desértica. Ras Lanuf está a unos cien kilómetros de Ben Yauad, un importante enclave petrolero que cayó ayer en poder de las fuerzas leales a Gadafi. Un miliciano que procedía de ese lugar, Riad al Habuni, dijo que el ataque a Ben Yauad fue "una carnicería".

"Disparaban contra las casas y han puesto francotiradores en las azoteas", agregó Al Habuni. La población civil ha desalojado en las últimas horas Ben Yauad y automóviles cargados con familias pasaban por Ras Lanuf con destino a Bengasi, la segunda ciudad más importante de Libia y que está bajo control de los milicianos desde el 21 de febrero.

Ras Lanuf se encuentra a unos 200 kilómetros al oeste de Bengasi y Ben Yauad, unos cien kilómetros más alejada hacia el oeste. Según fuentes rebeldes, los revolucionarios que están en Ras Lanuf no avanzarán hacia Ben Yauad "hasta que no reciban nuevas órdenes".

Las tropas de Gadafi ganan terreno
La contraofensiva de las tropas leales a Gadafi con una emboscada a los rebeldes en Ben Yauad, a medio camino entre Sirte y la terminal petrolera de Ras Lanuf, que fue igualmente bombardeada, contuvo el avance revolucionario por la costa, aunque los milicianos retomaban a última hora sus ataques.

La jornada comenzó bien de madrugada con fuertes detonaciones en Trípoli, cuyo origen nadie ha aclarado, y que el régimen de Gadafi hizo pasar como celebraciones de victorias existentes sólo en la televisión de Gadafi, cuya imagen era jaleada por masas echadas a la calle para idolatrar a su líder como es costumbre desde hace 41 años.

A la mascarada en Trípoli, sucedió una ofensiva simultánea de las fuerzas fieles al régimen en tres puntos: Al Zauiya, a 92 kilómetros al suroeste de la capital y asediada desde hace tres días, Misrata, al este de Trípoli, y Ben Yauad, una localidad a un centenar de kilómetros al este de Sirte, ciudad natal de Gadafi y uno de sus principales feudos. Los rebeldes libios tuvieron que replegarse de Ben Yauad, y según un corresponsal de Al Yazira, a bordo de sus vehículos se dispersaron en dirección a Ras Lanuf, donde los aviones también sorprendieron a la concentración de milicianos que actuaron con el desorden característico de muchos de sus nuevos reclutas.

"No hay negociación con Gadafi"
Los mercenarios y tuaregs al servicio de Trípoli pusieron en fuga desde las azoteas a las huestes desprevenidas que, sin reconocimiento previo, llegaron confiadamente a Ben Yauad. La desbandada generó gran desconcierto y el abandono precipitado de algunos milicianos de Ras Lanuf, aunque otros guardaron la posición, lo que degeneró en confusión en torno al control del vital enclave portuario y petrolero, que cuenta con dos pistas de aterrizaje. La ofensiva fue completada con un aparente intento de las brigadas gadafistas de probar la resistencia organizada por los rebeldes en Misrata, en su poder pero aislada entre Trípoli y Sirte.

Los carros de combate y los brigadistas de Gadafi causaron 19 muertos y 93 heridos, según dijo a Al Yazira el doctor Mohamed el Sediq, portavoz del hospital central de la ciudad. En Al Zauiya, sitiada desde hace tres días por las tropas de Gadafi, continuaron hoy los enfrentamientos, aunque las comunicaciones con los residentes se ven dificultadas tras el implacable castigo artillero y el cerco a la población, cuyo suministro eléctrico fue cortado al igual que la telefonía móvil.

Aunque los escasos residentes contactados por los canales árabes aseguraron que los milicianos mantienen sus posiciones pese al numeroso número de bajas. El portavoz del Consejo Nacional, Abdelhafiz Ghoga, admitió la escasez de suministros de los cercados, pero negó que Gadafi hubiera recuperado ninguna plaza en poder rebelde e igualmente descartó cualquier negociación con su régimen.

"No hay negociación de paz con Gadafi", subrayó el portavoz en la rueda de prensa en la que explicó el fallido intento británico de contactar con el mando rebelde en su plaza fuerte. El primer intento internacional de contactar con la dirección rebelde libia fracasó por una aparente falta de formas, tras ser detenidos y repatriados por el Consejo Nacional un diplomático y su escolta militar por entrar en Libia "de manera ilegal". 

"Damos la bienvenida a cualquier delegación británica, pero tiene que ser de manera oficial", aseguró hoy el portavoz y también vicepresidente del Consejo Nacional.  Explicó que los ocho británicos, un diplomático y siete miembros de las fuerzas especiales británicas (SAS) a quienes les fueron confiscados los equipos que llevaron a Bengasi, fueron bien tratados y "probablemente ya están en su camino de vuelta".

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