Las autoridades de Corea del Norte han asegurado este lunes que el último lanzamiento de un misil fue realizado con éxito, detallando que se trata de un nuevo misil balístico tierra-tierra de alcance intermedio-largo con capacidad para portar cabezas nucleares.
Según las informaciones facilitadas por la agencia estatal norcoreana de noticias, KCNA, el líder del país, Kim Jong Un, supervisó el lanzamiento del misil, un 'Hwasong-12'.
El mandatario norcoreano ha expresado su "satisfacción" por esta nueva "arma juche", resaltando que "se trata de un sistema perfecto congruente con la idea militar estratégica y táctica del Partido del Trabajo de Corea".
La citada agencia ha resaltado que el lanzamiento "se llevó a cabo con el mayor ángulo posible, en consideración con la seguridad de los países vecinos", agregando que fue llevado a cabo "para verificar especificidades tácticas y tecnológicas del nuevo misil".
"El misil alcanzó con precisión aguas abiertas a 787 kilómetros de distancia, tras alcanzar una altitud máxima de 2.111,5 metros", ha indicado la KCNA.
Kim ha recalcado que el lanzamiento "es una demostración del alto nivel de la ciencia y tecnología del país a nivel defensivo", agregando que "es de gran importancia para garantizar la paz y la estabilidad en la península de Corea y en la región".
En este sentido, ha sostenido que el país "es una potencia nuclear que merece ese nombre, sea reconocido o no", reiterando que Pyongyang "continuará su control estricto hacia los que participan en un chantaje nuclear", en una acusación dirigida contra Corea del Sur y Estados Unidos.
"Estados Unidos ha trasladado de forma masiva activos nucleares estratégicos a los alrededores de la península de Corea para amenazar y chantajear a Corea del Norte, pero esta fanfarronería militar sólo funciona contra países débiles que no tienen armas nucleares", ha argumentado.
Por ello, ha advertido de que "si Estados Unidos intenta provocar a Corea del Norte no escapará del mayor desastre en su historia", reclamando a Washington de que "no juzgue equivocadamente la realidad en sus operaciones en la región".
El Gobierno de Kim Jong Un ha llevado a cabo varias pruebas nucleares y balísticas en los últimos años que han reavivado la tensión en la península de Corea.
En respuesta, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha dado por terminada la era de la "paciencia estratégica" y ha amenazado incluso con una intervención militar.
Corea del Norte justifica su escalada nuclear y militar por la necesidad de defenderse de lo que considera movimientos provocadores de Corea del Sur y Estados Unidos.
Las dos Coreas siguen técnicamente en guerra porque solamente firmaron un armisticio para cesar indefinidamente las hostilidades después de enfrentarse entre 1950 y 1953.