Corea del Norte dice que su último proyectil lanzado es un nuevo modelo de misil intercontinental capaz de portar una cabeza atómica grande y alcanzar todo EEUU y que gracias a este ensayo ha logrado completar su "fuerza nuclear". Tal y como acostumbra a hacer el régimen, la televisión estatal KCTV emitió un extenso boletín especial y, aunque no mostró imágenes del misil, sí culminó con la veterana presentadora Ri Chung-hee anunciando como "exitoso" el lanzamiento llevado a cabo horas antes.
Enfundada en su ya tradicional 'choson ot' rosado, Ri dijo que el proyectil es un nuevo modelo bautizado como Hwasong-15 ("Marte-15" en coreano), "un misil balístico intercontinental (ICBM) que puede portar una ojiva súper grande y pesada que es capaz de alcanzar todo el territorio continental de EEUU".
Ri detalló que el misil voló 950 kilómetros y alcanzó un apogeo de 4.475 kilómetros, datos que están en sintonía con los que manejan Seúl, Washington y Tokio y que indican que es la mayor altura alcanzada hasta la fecha por un proyectil norcoreano, lo que implica un nuevo y peligroso avance en el programa de armas del régimen.
Si se tiene en cuenta que el misil ha sido lanzado con un ángulo muy abierto, algunos expertos creen que si el proyectil hubiera realizado un vuelo menos parabólico podría haber recorrido más de 13.000 kilómetros, suficiente para alcanzar Washington o cualquier parte continental de EEUU.
El misil, disparado a las 2.48 hora local norcoreana (18.18 GMT del martes) desde un punto al norte de la capital, voló en dirección Este antes de caer en aguas del Mar de Japón (llamado "Mar del Este" en las dos Coreas), a unos 250 kilómetros de la costa de la prefectura nipona de Aomori (norte del país). La presentadora aseguró que, tras presenciar el lanzamiento, el líder norcoreano Kim Jong-un "declaró con orgullo que finalmente hemos hecho realidad la gran causa histórica de completar una fuerza nuclear estatal, la razón por la que se ha creado un programa de misiles".
El programa armamentístico norcoreano tiene como objetivo el desarrollo de misiles ICBM capaces de alcanzar territorio estadounidense con una cabeza nuclear y el régimen Juché ha insistido en que seguirá adelante con su desarrollo hasta lograr un "equilibrio de fuerzas" con Washington. Kim Jong-un había declarado en su discurso de Año Nuevo que el país esperaba lograr antes de final de 2017 una "fuerza nuclear estatal", tal y como se ha anunciado hoy tras el lanzamiento.
Existen aún dudas con respecto a que la tecnología de los ICBM norcoreanos funcione a la perfección, y hoy mismo el primer ministro surcoreano, Lee Nak-yon, dijo que Seúl detectó cómo las comunicaciones de radio entre el Hwasong-15 y su centro de control se cortaban a mitad del vuelo del proyectil.
Sin embargo, tal y como recordó en la víspera el ministro de Unificación surcoreano, Cho Myoung-gyun, Corea del Norte ha superado este año todas las expectativas de los expertos con los resultados de sus persistentes pruebas de armas. Cho no consideró descabellado que el año próximo -una fecha idónea porque se cumplen 70 años de la fundación de Corea del Norte- Pyongyang anuncie que ha concluido con éxito el desarrollo total de su programa nuclear.
Algunos expertos ven posible que para pronunciar semejante afirmación Corea del Norte esté barajando un último paso para cerrar el ciclo: realizar su primera prueba nuclear no subterránea detonando una bomba sobre el Pacífico, tal y como ha sugerido varias veces el régimen en los últimos meses. Otros analistas creen incluso que con esto Pyongyang podría optar por ofrecerse a retornar a la mesa de negociaciones con Washington sabedor de que tendría en su mano un elemento disuasorio de mayor peso.
En cualquier caso, las reacciones del resto de actores regionales al lanzamiento norcoreano fueron de preocupación y rechazo. Después de que Seúl, Tokio y Washington pidieran una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU, el presidente de EEUU, Donald Trump; su homólogo surcoreano, Moon Jae-in, y el primer ministro nipón, Shinzo Abe, acordaron por teléfono impulsar nuevas sanciones contra el régimen ante el mencionado órgano contra.
Por su parte, un portavoz chino de Exteriores expresó "gran preocupación" y la "oposición" de Pekín, actor clave en la crisis por su cercanía al Norte, y urgió a Pyongyang a respetar las resoluciones de la ONU.