Corea del Norte ha calificado el asalto a su embajada en Madrid como un "grave ataque terrorista" y reclamó a las autoridades españolas "una investigación hasta el fondo del incidente" para hallar a sus responsables y llevarlos ante la justicia.
El hermético régimen de Pyonyang se pronunció por primera vez sobre el suceso acaecido el mes pasado en su misión diplomática en territorio español en un comunicado de un portavoz del Ministerio norcoreano de Exteriores.
El régimen de Kim Jong-Un afirma que se trata de una "intolerable, grave y flagrante violación de su soberanía". Aunque Corea del Norte no acusa formalmente a Washington, piensa que el FBI podría estar implicado.
De hecho, la prensa norteamericana señaló en su momento que los cabecillas del asalto rindieron cuentas después al FBI. Se trataría de dos estadounidenses, uno de ellos de origen mexicano, a los que la Audiencia Nacional ha identificado entre la decena de intrusos, y que volaron a Estados Unidos via Portugal tras el asalto.
La Audiencia Nacional ha pedido su extradición por detención ilegal, lesiones, robo y otros delitos. Los asaltantes, que usaron armas de fogueo y otro material comprado en Madrid, podrían haberse llevado documentos relacionados con el ex-embajador, que ahora es miembro del equipo de negociación norcoreano con Estados Unidos.
Golpearon y amordazaron al personal de la misión diplomática, y grabaron un video (ambiente) donde destrozaban retratos de los líderes de Corea del Norte, algo castigado con la pena capital en ese país.