El crecimiento económico en China se está frenando y las autoridades ya han tomado las primeras medidas. Sobre todo después de que uno de los grandes bancos de inversión haya rebajado las previsiones para este primer cuatrimestre: del 5,6% al 4.
El temor a que el coronavirus de China acabe lastrando la evolución de la economía mundial y las dudas que los resultados bancarios han suscitado en el parqué fulminaron esta semana las ganancias acumuladas por el Ibex durante todo el mes de enero. Decenas de multinacionales han parado la actividad o han prohibido a sus empleados que viajen a China. También las compañías aéreas, unas 40, están suspendiendo vuelos a la zona de la epidemia e incluso a todo el país.
La medida más contundente para evitar el impacto la va a tomar el lunes el banco central chino: inyectar 170.000 millones de dólares en los mercados, es decir, facilitar préstamos por esa cantidad a las empresas que están sufriendo el brote.
Incluso han tenido que levantar aranceles, impuestos, a los productos sanitarios que llegan de Estados Unidos, como mascarillas. El país asiático anunció que los suministros importados desde Estados Unidos utilizados para la prevención y el control del nuevo coronavirus estarán exentos de aranceles y avanzó que se llevará a cabo un plan de ayudas económicas a empresas para paliar los efectos de la crisis en la economía china.
La agencia oficial de noticias Xinhua publicó la decisión tomada el sábado por el Ministerio de Finanzas por la cual estos productos, que han estado sujetos a aranceles adicionales durante la guerra comercial entre China y Estados Unidos, estarán exentos de aranceles entre el 1 de enero y finales de marzo.
Calcular el coste final, la factura del coronavirus, es tarea difícil, y sobre todo imposible aún a estas alturas.