La ciencia ha demostrado que el uso de mascarillas es muy importante para frenar el avance del coronavirus. Una buena solución para frenar los nuevos contagios es una mascarilla fabricada en Corea del Sur, capaz de purificar el aire.
Esta revolucionaria mascarilla ventila el aire para que podamos respirar sin esfuerzo y evitar, por ejemplo, que se empañen las gafas. Además, funciona con pilas de una autonomía de 8 horas.
La ciencia ha acreditado que la principal fuente de contagio son las gotas y aerosoles que emiten las personas al hablar, toser o respirar, razón por la que las mascarillas son impresionantes. Los virus además se pueden adherir a otras partículas procedentes de la contaminación, el polvo en suspensión o el humo del tabaco, pero la información sobre el tiempo que el virus permanece activo sobre una superficie es poco concluyente.
El reto científico es convertir las superficies que más riesgo tienen en "aliadas" de ésta y de futuras pandemias, y conseguir dotar a esas superficies de propiedades antivíricas y autolimpiables. Mientras tanto, mascarillas como la creada en Corea del Sur son una de las mejores soluciones.