La presidencia austríaca de la UE acogió este viernes en Viena una conferencia ministerial con representantes europeos y africanos sobre política migratoria, que una vez más demostró las profundas divisiones que existen en el seno de los 28 sobre este delicado tema. Durante uno de los debates a puerta cerrada se produjo un duro choque verbal entre el ministro de Exteriores de Luxemburgo, el socialdemócrata Jean Asselborn, y el ministro del Interior italiano, el ultranacionalista Matteo Salvini.
Salvini criticó que su colega luxemburgués hubiera dicho que Europa necesita inmigrantes ante el envejecimiento de su población. Afirmó que él prefería trabajar para que los jóvenes italianos y europeas vuelvan a tener hijos en lugar de tener "esclavos africanos" y "recoger a lo mejor de la juventud africana para reemplazar a los jóvenes europeos". "Cuide su dinero para ayudar a darle de comer a sus hijos", le espetó el ministro luxemburgués tras recordarle que en su país viven muchos italianos que llegaron allí por razones económicas.
Salvini le respondió diciendo en tono jocoso que mientras Luxemburgo quiere más inmigrantes él prefiere "ayudar a los italianos a hacer más hijos". Ante ese ataque verbal, Asselborn se sacó frustrado los auriculares para la traducción simultánea y dijo: "A la mierda". La escena fue grabada por un colaborador de Salvini, quien la publicó en su página de Facebook, en una práctica inédita en este tipo de reuniones a puerta cerrada.
Este encontronazo fue ejemplar para la falta de entendimiento entre los socios comunitarios para enfrentar la migración. El anfitrión del encuentro, el ministro austríaco, Herbert Kickl, criticó explícitamente al comisario europeo de Migración, Dimitris Avramópulos, por haber descartado ya como "imposible" que países africanos acojan las llamadas "plataformas de desembarque" para retener migrantes antes de llegar a Europa. "No me parece inteligente que uno de los más importantes portavoces de Europa diga ese tipo de cosas en público", dijo Kickl en una rueda de prensa junto con Salvini.
Según el ministro austríaco, los responsables en África podrían entender "que no hace falta que se esfuercen y asuman sus responsabilidades". Salvini, por su parte, anunció que no piensa firmar un acuerdo bilateral migratorio con Alemania, si ese país no tiene "buena voluntad" y le ayuda a cambiar la normativa de Dublín y la operación marítima europea Sofía.
La normativa de Dublín establece que un refugiado debe pedir asilo únicamente en el país donde primero accede a la UE, mientras que la operación Sofía tiene como objetivo neutralizar las rutas marítimas de los traficantes de personas en el Mediterráneo. Pese a la tensión y las criticas, Avramópulos habló hoy de un "buen encuentro" organizado por "su amigo Herbert" (Kickl) y destacó la importancia de este tipo contactos con responsables africanos.
La cita "ha aclarado todos los aspectos para encontrar soluciones comunes", aseguró el comisario europeo, quien insistió en tratar a los países africanos como "socios" para enfrentar la migración, un tema "que seguirá por muchas décadas más". Además de responsables de Interior de la UE estuvieron en el encuentro representante de países africanos, como Marruecos, Libia. Argelia, Túnez, Egipto, Chad y Níger, y de organismos como Interpol o la agencia europea de fronteras, Frontex.
Por otra parte, Kickl propuso -sin dar más precisiones- que ya en el momento en el que se rescata a inmigrantes en alta mar se realice a bordo de los barcos una primera revisión de quién puede recibir asilo y quién no, una idea apoyada por Salvini. "El objetivo debe ser decidir sobre el asilo fuera de la UE. Es que sólo con mucho esfuerzo y dinero estamos consiguiendo repatriar a la gente si no obtiene asilo", dijo el ministro austríaco.
El gobierno conservador ultraderechista de Austria, que preside la UE este semestre, defiende que los migrantes interceptados en el mar de camino a Europa sean llevados directamente a "plataformas de desembarco" en el norte de África. Sin embargo, ninguno de los países africanos presentes hoy en la conferencia se ha mostrado dispuesto a apoyar esa idea, aunque Kickl exigió hoy "paciencia" para ver cómo evoluciona una propuesta que fue lanzada hace algo más de dos meses por los líderes europeo.
"Es muy difícil que un país acepte ser el muro (contra la inmigración). Todos los países tienen su dignidad y todavía parece que cuesta reconocer esto", señaló hoy a los medios el ministro del Interior de España, Fernando Grande-Marlaska. "Creo que lo que tiene triunfar son los principios de Bruselas, o sea, los principios de sus tratados fundacionales, valores como la dignidad, la democracia", aseguró el ministro español.