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SEGÚN LAS ENCUESTAS

La crisis marca el ambiente preelectoral luso

Los datos del último Eurobarómetro reflejan la desconfianza en los comicios: el 77 % de los ciudadanos lusos desconfía de su Gobierno, diez puntos más que la media europea, y el 57 % asegura que la situación económica de su núcleo familiar es "mala".

Los portugueses acuden este domingo a una nueva cita electoral con un creciente desencanto de su clase política, preocupados por el deterioro de la economía y angustiados por los recortes sociales que se avecinan a corto y medio plazo. Los últimos datos del Eurobarómetro reflejan este desánimo: El 77 % de los ciudadanos lusos desconfía de su Gobierno, diez puntos más que la media europea, y el 57 % asegura que la situación económica de su núcleo familiar es "mala", 24 puntos más que en toda la UE. Las encuestas fueron realizadas a finales de 2010, y desde entonces la situación no ha hecho sino empeorar, según reconoce la prensa y los propios políticos lusos, cuya campaña electoral ha girado en torno a los graves problemas del país.

El plan de ajustes económicos alcanzado el mes pasado con Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el rescate financiero luso hace pronosticar a los expertos que la situación va a empeorar. Los compromisos exigidos por las instituciones internacionales incluyen privatizaciones, liberalización del mercado laboral, recortes sociales y un incremento de la carga fiscal. Ante este panorama, inevitable sea cual sea el resultado de los comicios, muchos ciudadanos se muestran descorazonados. 

El movimiento "Generación en apuros" organizó una de las mayores manifestaciones que se recuerdan en Portugal desde la instauración de la democracia, pero no parece haber calado lo suficiente como para tener una influencia real en estos comicios. Las protestas ocurridas en España durante las últimas semanas tuvieron también su réplica lusa con una acampada en la plaza lisboeta del Rossío que se repitió en otras ciudades, pero en la que nunca participaron más de unos pocos centenares de personas.

"Los portugueses están muy desmotivados. Yo ando preocupada porque tengo amigos que no piensan ir a votar, aunque confío en que vayan y que la abstención no sea alta para que cambie algo", apunta María Joao. Esta funcionaria de 51 años cree que el próximo Ejecutivo dispondrá "de un margen de maniobra muy pequeño" para gobernar, por los compromisos con Bruselas y el FMI. Precisamente, el temor a una elevada abstención sobrevuela los comicios legislativos lusos, con llamadas constantes de los cinco principales candidatos a la participación. 

"A esos que están indecisos, les digo que la abstención no es una opción, sino que significa desistir", advirtió en su discurso de cierre de campaña el primer ministro en funciones, el socialista José Sócrates, cuyo relevo predicen todos los sondeos. Pero si algo pesa en el ánimo de los portugueses es el desempleo, que se ha triplicado en una década: Del 4 % del año 2000 al 12,4 % actual, lo que se traduce en cerca de 650.000 personas sin trabajo. Consecuencia de este deterioro de la economía lusa, ONG's y entidades caritativas advierten de que cada vez son más las familias bajo el umbral de la pobreza y que hacen falta medidas para afrontar esta nueva realidad. Mario es un buen ejemplo.

 

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