La irrupción de la pandemia de coronavirus nos ha dado la falsa sensación de que otros problemas son menos graves o, incluso, han desaparecido porque ya no ocupan tanto espacio en los informativos y han perdido visibilidad. Sin embargo, a diario miles de personas huyen de sus lugares de origen y se producen situaciones dramáticas. Esta es una de esas historias que encoje el corazón, pero que tiene final feliz.
Juniò tiene seis años y es de Costa de Marfil. Sin padres ni ningún otro pariente se aventuró a cruzar el Mediterráneo para poder reencontrarse con su madre. Tras el rescate, tuvo que quedarse a cargo de la Cruz Roja italiana para hacer la cuarentena obligatoria de dos semanas. Después de ese periodo llegó el momento: por fin podía reencontrarse con su madre.
Como se ve en el vídeo, el pequeño corrió a sus brazos en cuanto la vio y ninguno de los dos pudo contener las lágrimas. De hecho, pasado un rato desde el encuentro, el niño seguía agarrado a su madre.
Refugiados e inmigrantes
La pandemia de coronavirus pilló desprevenida a Europa y el virus se expandió rápidamente, provocando las primeras alarmas en Italia y España, pero siguiendo fuertemente en otros países como Reino Unido.
Sin embargo, las embarcaciones con personas que huyen de su país siguieron llegando hasta nuestras costas, lo que obligó a cambiar los protocolos de atención a estas personas. Por ejemplo, en Italia, al igual que en España, a estas personas se las somete a un test de coronavirus y se las mantiene en cuarentena durante dos semanas incluso si sale negativo.
Uno de los rebrotes más importantes de Málaga tiene origen, de hecho, en un centro de la Cruz Roja, aunque no se ha determinado quién fue el paciente cero. Por eso, se extreman las precauciones.