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FERGUSON, EEUU | CONFLICTO RACIAL
Darren Wilson no se reintegrará en la policía para no poner en riesgo a sus compañeros
El agente que mató al joven afroamericano Michael Brown el pasado mes de agosto no volvera de momento a patrullar con sus compañeros para no ponerlos en riesgo, según ha informado su abogado, Jim Towey. El propio Wilson reconoció en la televisión norteamericana que no se arrepentía de su actuación y volvería a actuar de la misma forma. "Siendo realistas, Darren (Wilson) no volverá a ser oficial de policía de nuevo y él lo entiende", ha dicho el letrado.
El agente Darren Wilson, que ha quedado libre sin cargos tras el fallo del gran jurado de Misuri en el caso por la muerte del joven afroamericano Michael Brown en la localidad de Ferguson, no se reintegrará en ningún cuerpo policial para no poner en riesgo a sus compañeros, según ha informado su abogado, Jim Towey.
En declaraciones a la cadena estadounidense NBC News, Towey ha señalado que seguramente Wilson no volverá a ser Policía, ni en Ferguson ni en ningún otro departamento, después de la oleada de protestas registradas en todo el país por la decisión del gran jurado de no procesarle por la muerte de Brown, de 18 años de edad.
"Siendo realistas, Darren (Wilson) no volverá a ser oficial de policía de nuevo y él lo entiende", ha dicho el letrado, que ha añadido que "el siguiente paso será volver a la escuela e intentar buscar otro nicho, otra carrera, para él y para su familia".
"El sabe cómo hacer el trabajo y podría hacerlo, pero él cree que si en algún momento vuelve al Departamento de Policía podría poner a otros agentes en riesgo. Y eso, simplemente, él no lo hará", ha sentenciado Towey.
El agente Darren Wilson defendió el pasado miércoles, en declaraciones a ABC News, que no era su "intención" matar al joven negro y dijo tener la "conciencia tranquila", ya que respondió a una potencial amenaza de acuerdo a los protocolos establecidos.
En la primera entrevista que concedía desde que el gran jurado de Misuri decidiese no presentar cargos contra él por los hechos del 9 de agosto, el agente explicó que se encontró con Brown y con un amigo, Dorian Johnson, cuando se dirigía a comer en su coche. Los dos jóvenes caminaban por mitad de la calle y el policía les pidió que se subiesen a la acera, pero hicieron caso omiso.
"Michael Brown se acercó e intercambió algunas palabras explícitas conmigo", ha explicado Wilson, en alusión a expresiones como "¡qué le den a lo que digas!". El agente confirmó que éstas fueron las primeras palabras del joven.
En ese momento, Wilson se percató de que Brown y Johnson encajaban con la descripción de dos ladrones y solicitó asistencia por radio a otras patrullas. Intentó aparcar y salir de su vehículo, pero se quedó "atrapado" por culpa de Brown, que le impedía abandonar el coche.
"Usé mi puerta para empujarle y le grité que se apartara. Entonces, él empujó la puerta y comenzó a mirarme", en un intento de intimidación, recordó. "Cuando le devolvió la mirada, comenzaron a volar puñetazos", añadió.
Fue entonces cuando el agente --según su versión-- dio marcha atrás y comenzó a realizar disparos de advertencia. Tras la "segunda ronda", Brown no se amedrentó y comenzó a acercarse hacia Wilson: "Miré el cañón de mi arma y disparé".
Frente a las críticas, el policía insiste en que hizo lo correcto y ha aclarado que no era su "intención" matar a Brown. "La razón por la que tengo mi conciencia limpia es porque sé que hice bien mi trabajo", defendió en la entrevista.
Wilson sí ha lamentado los altercados posteriores y ha expresado sus condolencias a los padres de Brown. No obstante, admitió que "nada de lo que pueda decir" podrá devolver la vida a este joven o "hacer sentir mejor a los padres".
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