El Gobierno italiano ha informado de que en el barco naufragado en Lampedusa viajaban más de 400 personas, se han salvado 155 vidas y hasta ahora hay 111 víctimas mortales.
"La barcaza tuvo una avería y se paró. No fue vista. Para pedir socorro los inmigrantes hicieron un fuego en la cubierta", dijo el ministro de Interior, Alfano. Desgraciadamente, en la superficie había gasolina e hidrocarburos de los motores, lo que causó un inmediato incendio.
Entre las víctimas mortales hay 47 mujeres, dos estaban embarazadas y hay cuatro niños. Los buzos no han podido trabajar en la zona por el mal tiempo del mar pero ya han divisado varias decenas de cadaveres sobre la cubierta pero se cree que hay muchos más en las bodega, donde viajaban los pasajeros más pobres que finalmente han pagado el viaje con el precio más alto posible, su vida.
Varios pescadores que acudieron en ayuda de los inmigrantes se emocionan al recordar esos momento. "La escena era dramática, toda esa gente con los brazos en alto pidiendo socorro... algo escalofriante", afirma Marcello Nizza.
La situación en la isla de Lampedusa es desesperada. Es cuatro veces más pequeña que Formentera y no tiene capacidad para enterrar a los muertos ni para albergar a más inmigrantes. Su centro de acogida alberga ya a 1300 inmigrantes, el doble de su capacidad.
Convertida en la principal puerta de entrada de la inmigración del continente africano, los habitantes piden ayuda para evitar estas tragedia. "Espero que las autoridades se conciencien de esta situación, es muy triste ver morir a esta personas, sobre todo a los niños", dice una religiosa.
Las banderas del país están a media asta y se ha guardado un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas.
