Vista de chalecos salvavidas y restos de lanchas neumáticas

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TRAS UN AÑO DE RESCATES EN EL MEDITERRÁNEO

Las diez lecciones de Médicos Sin Fronteras sobre la crisis de los refugiados en el "año más mortífero"

Médicos Sin Fronteras ha hecho un balance sobre la crisis de refugiados en el Mediterráneo en este último año, del que dice ha sido el "más mortífero" después de que casi 4.700 personas hayan perdido la vida intentando llegar a Europa mediante el mar. Tras doce meses de trabajo a bordo de tres barcos, la organización ha publicado las diez "lecciones" que ha extraído de las labores de rescate y auxilio.

Médicos Sin Fronteras ha hecho balance de la crisis de refugiados e inmigrantes en el Mediterráneo en 2016, el año que ha denunciado como el "más mortífero", y ha expuesto las diez "lecciones" que ha extraído de las labores de rescate y auxilio.

MSF ha trabajado en 2016 con equipos a bordo de tres barcos en el Mediterráneo: el 'Dignity I', el 'Bourbon Argos' y el 'Aquarius' (este último en colaboración con SOS Méditerranée), que han rescatado a 19.708 personas. Estas son las diez "lecciones" que ha sacado la ONG tras doce meses de trabajo:

1.- El año más mortífero

"Desde el 1 de enero, casi 4.700 hombres, mujeres y niños han muerto al intentar cruzar el Mediterráneo, casi un millar más que en todo 2015; y aún quedan algunas semanas antes de que concluya 2016. Estas cifras no se deben a un aumento significativo de las llegadas en general. Sin embargo, sí asistimos a un incremento de la mortalidad en el letal trayecto entre Libia e Italia. En 2016, 1 de cada 41 personas que intentaron huir de Libia por barco murieron en el intento.

La respuesta de la Unión Europea en el Mediterráneo central se ha limitado a declarar "la guerra a los traficantes" y se ha centrado en adoptar medidas de disuasión y de externalización de fronteras en lugar de salvar vidas y permitir un paso seguro a Europa. Esto solo ha servido para empujar y forzar a los traficantes a adaptar sus tácticas y operar de una forma más peligrosa aún para eludir los controles fronterizos y, en resumen, se ha cobrado más vidas".

2.- Hacinados en embarcaciones más precarias

"En 2016, los equipos de MSF rescataron a personas de 134 balsas de goma de pésima calidad y 19 barcos de madera. Nuestros equipos también recuperaron los cuerpos de aquellos para quienes el rescate llegó demasiado tarde.

Los grandes barcos de madera de 2014 y 2015 han desaparecido y han sido reemplazados por botes inflables baratos de un solo uso que los traficantes asumen que serán interceptados en algún punto por las operaciones de búsqueda lanzadas por dispositivos militares internacionales en alta mar, fuerzas que, tras los rescates, destruyen estas balsas.

Estos barcos de escasa calidad han dado lugar a tragedia tras tragedia de las que han sido testigos los equipos de MSF que han recuperado cuerpos de personas asfixiadas, aplastadas por el peso de cientos de otras en los botes o ahogadas en el fondo de una balsa en una mezcla tóxica de agua de mar y combustible".

3.- Los traficantes son más crueles que nunca

"Los equipos de MSF han visto barcos zozobrar después de pasar horas o incluso días a la deriva, sin rumbo ni motor, después de que los propios traficantes u otros grupos criminales se lo arrebataran antes de tener la posibilidad de ser rescatados.

Aquellos a quienes rescatamos nos cuentan que los han retenido en cuevas, zanjas o agujeros en el suelo durante días o semanas antes de ser forzados a subir a un bote. Hemos escuchado historias de ejecuciones, terribles malos tratos y abusos sexuales que, en algunos casos, constituyen tortura. En contraste frente al año pasado, hemos visto menos personas equipadas con chalecos salvavidas, alimentos, agua y otros suministros para la travesía.

Los precarios rescates nocturnos se han vuelto más frecuentes. Ha habido jornadas en las que un solo barco de rescate ha tenido que responder a más de 10 llamadas de socorro en un período de 24 horas".

4.- Un gran número de menores no acompañados.

"El 16% de quienes han llegado a Italia son menores y el 88% de ellos no van acompañados de un familiar. Hubo un caso de una pequeña familia rescatada por el 'Aquarius' que estaba encabezada por un niño de 10 años que viajaba solo con sus hermanos, todos ellos lo suficientemente pequeños como para todavía llevar pañales".

5.- Muchas mujeres embarazadas

"Hay algunos bebés que son muy deseados y que simplemente vienen en un momento difícil. Sin embargo, muchos otros son resultado de una violación en Libia, en la ruta, o en los propios países de origen. Muchas de las mujeres que rescatamos, especialmente las que viajan solas, narran terribles historias de violaciones y abusos sexuales durante su estancia y tránsito por Libia. La amenaza de violación es tan conocida que algunas mujeres optan por usar implantes anticonceptivos de larga duración en el brazo antes de emprender el viaje para evitar quedarse embarazadas. En 2016, nacieron cuatro bebés en los buques de salvamento de MSF. Resulta un milagro que sus madres fueran rescatadas a tiempo y por barcos con matronas cualificadas a bordo".

6.- MSF no está ayudando a los traficantes

"Dejemos este punto claro: MSF no es una organización traficante de personas ni forma parte de una operación contra los traficantes. Estamos en el Mediterráneo para salvar vidas, simple y llanamente. Los traficantes explotan a algunas de las personas más vulnerables del mundo con fines de lucro y su modelo de negocio existe, en parte, por la falta de vías legales y seguras para que las personas puedan acceder en Europa a la protección que necesitan".

7.- No solo las mujeres y los menores son vulnerables

"Cada persona que rescatamos trae consigo una historia de sufrimiento. Mientras mujeres y menores tienen vulnerabilidades muy específicas que necesitan un cuidado y una atención especial, los hombres también tienen otras debilidades que, a menudo, son más difíciles de ver".

8.- Europa está lejos de ser el principal destino

"La inmensa mayoría de los refugiados y migrantes han buscado refugio u oportunidades en su propia región. Según datos de ACNUR, ninguno de los principales países de acogida de refugiados están en Europa: Turquía, Pakistán, Líbano, Irán, Etiopía, Jordania, Kenia, Uganda, la República Democrática del Congo y Chad. Todos ellos juntos acogen a más de la mitad de los refugiados que hay en el mundo. Europa solo ha recibido un pequeño porcentaje de los refugiados, pero sigue centrándose en maneras creativas de mantenerlos alejados en lugar de acoger a aquellos que lo requieren".

9.- Violencia y malos tratos en Libia

"En primer lugar, no importan sus razones por las que se encuentran en Libia, la violencia y el maltrato que sufren los refugiados y los migrantes significa que simplemente tienen que salir de ahí. Según las personas entrevistadas por los equipos de MSF, hombres, mujeres y menores no acompañados, algunos de tan solo 8 años, que viven o pasan por Libia sufren abusos a manos de traficantes, grupos armados y particulares que explotan la desesperación de aquellos que huyen del conflicto, la persecución o la pobreza. Los abusos denunciados incluyen: ser víctima de violencia (incluida la violencia sexual), secuestro, detención arbitraria en condiciones inhumanas, tortura y otras formas de malos tratos como extorsión, esclavitud y trabajo forzoso".

10.- Interceptar embarcaciones no es una solución

"Impedir que la gente salga de Libia la condena a más malos tratos, extorsión, esclavitud y abuso físico, sexual y psicológico por parte de las redes de traficantes. De acuerdo al plan de entrenamiento y formación iniciado por la UE, se espera que la Guardia Costera libia desempeñe un papel clave en las futuras políticas de contención dentro del territorio libio, llevando a cabo operaciones de interceptación, búsqueda, rescate y devolución en las aguas territoriales libias. Nuestra experiencia demuestra que interceptar embarcaciones hacinadas y no aptas para navegar puede ser extremadamente peligroso en este contexto y puede agravar los riesgos a los que ya se enfrentan.

Aquellos que huyen de Libia deben ser rescatados de una manera segura y tranquila y llevados a un puerto seguro donde puedan recibir asistencia, solicitar asilo y otras formas de protección. La situación actual en Libia se traduce en que este país no puede ser considerado un puerto seguro para desembarcar".

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