La ciudad de Tulsa, en el estado de Oklahoma, ha declarado el toque de queda parcial a pocas horas de la celebración del primer mitin del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras el fin de su cuarentena social ante sus simpatizantes por la pandemia de coronavirus. El mitin estaba planeado originalmente para este viernes pero finalmente fue aplazado al sábado para no exacerbar la tensión al coincidir con el día de conmemoración del fin de la esclavitud en Estados Unidos, el 'Juneteenth', en medio de las mayores protestas contra el racismo que se recuerdan desde hace décadas en el país.
El peor escenario
Se da la circunstancia añadida de que Tulsa fue en 1921 el escenario de una de las mayores matanzas racistas de la historia de Estados Unidos, cuando una turba de manifestantes blancos asesinó a entre 100 y 300 personas de raza negra en el mercado de Greenwood, considerado como uno de los núcleos económicos de la comunidad negra del país. El presidente norteamericano ha calentado los ánimos avisando a "cualquier manifestante, anarquista, agitador, saqueador o muerto de hambre de que no será tratado como en Seattle o Nueva York", ciudades donde el movimiento contra el racismo ha actuado con relativa libertad. "¡Vais a encontraros un escenario muy diferente!", ha avisado el presidente a través de un mensaje en su cuenta de Twitter.
El peligro de los grupos organizados
El alcalde de Tulsa, G.T. Bynum, ha avisado de la existencia de "individuos que forman parte de grupos organizados, con un pasado violento y destructivo, procedentes de otros estados, que se disponen a viajar a la ciudad", según un comunicado publicado por la Policía de la ciudad en su cuenta de Twitter. El toque de queda ha entrado en vigor a última hora del jueves - hora local- y se mantendrá primero hasta las 6.00 de la mañana del sábado. Las restricciones quedarán levantadas durante la celebración del mitin pero volverán a entrar en vigor desde que termine hasta las 6.00 del domingo.