El Capitolio de los Estados Unidos ha sido testigo de un completo caos. Este miércoles, los seguidores de Donald Trump han asaltado el Congreso de Estados Unidos con gases lacrimógenos. Una violencia que ha obligado a evacuar a los representantes que allí celebraban un debate sobre la victoria final de Joe Biden en las pasadas elecciones.
El presidente saliente de los Estados, Donald Trump, ha culpado a su vicepresidente, Mike Pence, de los hechos.
Horas antes de que se produjeran los altercados, Donald Trump le pidió a su vicepresidente que rechazara la victoria del demócrata Joe Biden, que ocupará su cargo el próximo 20 de enero. Precisamente la sesión de esta tarde estaba destinada a refrendar su éxito.
Afines a Trump contra detractores
Sin llegar a dirigirse a los manifestantes para que detuvieran el asalto al Capitolio, la primera acción de Donald Trump ha sido culpar a su vicepresidente Mike Pence de los disturbios, por no haberse acogido a los poderes que le otorga la Constitución de EEUU para revocar su derrota electoral.
"Mike Pence no tuvo la valentía de hacer lo que debería haber hecho para proteger a nuestro país y a nuestra Constitución (...). ¡Estados Unidos exige la verdad!", escribió Trump a través de Twitter, al tiempo que sus seguidores continuaban el asalto.
Tras un largo silencio, en una segunda publicación, Donald Trump ha pedido la paz en el Capitolio: "Por favor, apoyen a nuestra Policía del Capitolio y fuerzas de seguridad. Están verdaderamente del lado de nuestro País. ¡Sean pacíficos!".
Mike Pence se negó a rechazar la victoria del Biden
Ante la petición de Donald Trump, Mike Pence, actual vicepresidente de Estados Unidos, envió una carta a los congresistas en la que aclaraba que no podía responder a las peticiones del actual presidente.
"Es mi juicio meditado que mi juramento de apoyar y defender la Constitución me impide reclamar autoridad unilateral para determinar qué votos electorales deben contarse y cuáles no", escribió.
Además, en referencia a los asaltos al Capitolio acontecidos, Pence ha señalado que "la violencia y la destrucción deben acabar, y deben acabar ahora".
Y añade que "cualquier involucrado debe respetar a los agentes y fuerzas de seguridad y abandonar el edificio inmediatamente".
Por último, Pence ha condenado los ataques y advierte que todos los involucrados "serán procesados con todo el peso de la ley".