Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha afirmado este lunes que el Gobierno de Corea del Norte "debe comportarse", en medio de las tensiones de las últimas semanas en la península de Corea. "Debe comportarse", ha dicho el mandatario, tras ser preguntado por un periodista de la cadena de televisión CNN durante un acto en la Casa Blanca sobre cuál era su mensaje para el país asiático.
La semana pasada, Trump afirmó en una serie de mensajes publicados en su cuenta en la red social Twitter que Corea del Norte "se comporta muy mal" y "juega" con Estados Unidos. "Corea del Norte está buscando problemas", agregó. Este mismo lunes, el viceministro de Exteriores de Corea del Norte, Han Song Ryol, ha dicho, en declaraciones a la cadena de televisión británica BBC, que el país continuará haciendo pruebas con misiles "de forma semanal" a pesar de las críticas internacionales y de las crecientes tensiones con Estados Unidos.
"Llevaremos a cabo más pruebas con misiles de manera semanal, mensual y anual", ha asegurado, advirtiendo de que si Estados Unidos lleva a cabo cualquier tipo de acción militar contra Pyongyang, la consecuencia será una "guerra a gran escala". Corea del Norte ha realizado varias pruebas con misiles nucleares en los últimos meses, a pesar de las sanciones impuestas por Naciones Unidas.
Pyongyang ha llegado a asegurar que ha desarrollado un misil de largo alcance capaz de alcanzar territorio estadounidense. Su última prueba de misiles, llevaba a cabo este domingo, fue fallida. El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, quien se encuentra en Corea del Sur, ha advertido este lunes a Corea del Norte que los últimos ataques de Estados Unidos contra Siria -uno de los pocos aliados de Pyongyang- y Afganistán deberían servir al presidente norcoreano, Kim Jong Un, como muestra de que no debería poner a prueba a Trump.
Corea del Sur es la primera escala de la gira que realiza Pence por Asia y que también le llevará a visitar Japón, Indonesia y Australia. El mensaje del viaje, según fuentes de la Casa Blanca, es que Estados Unidos les defenderá de cualquier agresión norcoreana sin incurrir en actos que puedan provocar un conflicto abierto.