El norte de Portugal está en llamas. La noche ha sido muy intensa para los equipos contra incendios, ya que la mayoría de los medios aéreos de extinción se encuentran en la región del Parque Nacional de Peneda Gerés.
Más de 180 bomberos y 40 vehículos luchaban contra las llamas. A pesar del esfuerzo, el fuego se reactivaba durante la noche, aunque el incendio ya está controlado. 500 efectivos más luchaban contra un importante incendio en el distrito de Viseu, que ardía fuera de control.
En muchos distritos de los áridos bosques norteños continúa activado el máximo nivel de alerta ante las abrasadoras temperaturas de este verano.
Cientos de soldados se han desplegado para ayudar a las brigadas de bomberos, que desde el pasado lunes han perdido a dos de sus compañeros: un hombre y una mujer. El resto del equipo tuvo que ser evacuado ante un repentino cambio del viento que provocó que quedaran rodeados por las llamas.
LOS HERIDOS SE CUENTAN POR DECENAS
Dos bomberos más han sufrido quemaduras de gravedad y los heridos se cuentan por decenas. Los incendios han obligado a evacuar temporalmente a cientos de los pueblos del norte luso, amenazados por la cercanía de las llamas.
La mayoría de las aeronaves empleadas para arrojar agua han tenido que quedarse en tierra ante la escasa visivilidad provocada por las nubes de humo.
Más de 18.000 hectáreas de bosque han quedado arrasadas. Sin embargo es una cantidad menor que la de la pasada temporada, la cual batió el récord de los últimos cuatro años.
De momento, 15 focos permanecen activos. Los termómetros marcan 40 grados y se prevé que la ola de calor continúe durante toda la semana. Las autoridades lusas sospechan que muchos de estos incendios han sido provocados.
