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NUEVO CASO DE ACTIVIDAD SEXUAL POR PARTE DE RELIGIOSOS

Dos chilenos religiosos han sido expulsados por el Vaticano al cometer conductas sexuales

La investigación comenzó en 2012 por unas denuncias que se interpusieron a los dos religiosos y que concluyeron con una suspensión inicial de su cargo en la parroquia en la que trabajaban.

Dos religiosos de la ciudad chilena de Copiapó (norte) han sido expulsados de su ministerio sacerdotal por la Congregación para el Clero del Vaticano, por motivos sexuales, ha infromado la Conferencia Episcopal de Chile.

Los presbíteros Casiano Rojas Viera y Daniel Aurelio Pauvif Rojas cometieron, según ha determinado la investigación canónica, "actos gravemente contrarios a la santidad sacerdotal", según una información publicada en la página web del episcopado chileno.

En el caso de Rojas Viera, las denuncias motivaron una investigación, iniciada en 2012, en la que el implicado optó "por no colaborar", según el texto de la Conferencia Episcopal chilena, y que concluyó, meses después, en la "prohibición" temporal del ejercicio de su ministerio.

La resolución final de la Congregación para el Clero establece "la comprobación de conductas abusivas con mayores y con un menor de edad, además de otros delitos graves", por lo que se le impone de manera "definitiva e inapelable" la pena de "dimisión del ministerio sacerdotal".

"No hay lugar en el sacerdocio para quienes cometen abusos", ha declarado la iglesia de Atacama (norte del país), que "pide perdón a las personas que han sufrido estos gravísimos daños", según el mismo texto.

En el caso de Pauvif Rojas, el Vaticano "ha determinado alejarle definitivamente del ministerio sacerdotal" tras las investigaciones iniciadas en septiembre de 2012, que concluyeron con una suspensión inicial del "encargo pastoral" en su parroquia.

Los hechos, analizados con posterioridad y considerados probados por la Santa Sede, se refieren a "actos gravemente contrarios a la santidad sacerdotal, cometidos con mayores de edad, y actos que han lesionado gravemente la comunión eclesial", por lo que también queda relegado a la vida secular y "pierde todo oficio eclesiástico".

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