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LAS AGENTES PAKISTANÍES LUCHAN POR SU VISIBILIDAD EN EL CUERPO
Dos mujeres pakistaníes desafían su cultura convirtiéndose en altos mandos de la Policía
Desafío a su padre, un General del Ejército pakistaní. Renunció al matrimonio y afrontó todo tipo de dificultades para convertirse en un alto mando de la policía. Para conseguirlo reclutó a una gran amiga. Las dos son hoy un ejemplo de valentía y superación.
Shazadi Gillani es Inspectora general de la policía en una de las provincias mas conservadoras de Pakistán. Desde que era una estudiante ha querido ingresar en el ejército, una idea que escandalizaba a su padre y a sus siete hermanos. Shazadi reconoce que ha tenido que afrontar muchas dificultades. "En cuanto terminé la carrera, le dije a mi padre que quería ser policía. Le rogué y estuve una semana en huelga de hambre hasta que cedió".
Su padre, que es General del Ejército, le impuso tres condiciones: sé valiente, cásate con tu trabajo y recluta a un amigo. Pero Gillani no pensó en un varón, escogió a la que hoy es su escolta, su amiga Rizwana Zafar, la novena hija de un padre frustrado a la que educó como a un hombre, según reconoce la agente : "Nunca he usado ropa de mujer hasta hoy, ni me he pintado los labios, jamás he cocinado".
Llevan 19 años protegiendo a sus ciudadanos, pero en cuanto dejan de ser agentes son como las demás, cubiertas de pies a cabeza o envueltas en un burka, siguen con su día a día después del trabajo.
Reivindican que las comisarías femeninas tengan la misma demanda que las masculinas, a día de hoy tan solo representan 500 de las 60.000 unidades de la provincia. Pero sobre todo ofrecen su apoyo a las mujeres, vencer a la tradición es su próximo reto.
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