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Responsables de "crímenes de guerra"
Dos psicólogos serán juzgados por haber diseñado programas de torturas para la CIA en los interrogatorios tras el 11-S
La Unión Americana de Libertades Civiles inició una demanda en nombre de dos hombres que fueron capturados y detenidos por la CIA. En la denuncia, alegan que fueron golpeados, privados de sueño, forzados a soportar temperaturas extremas e incluso sometidos a una técnica que simula el ahogamiento.
Unos psicólogos se enfrentan a un juicio por supuestamente haber diseñado crueles torturas. Según un informe del Senado de Estados Unidos, que recoge el diario 'The Independent', las técnicas de interrogatorio posteriores al 11-S que se realizaron a posibles terroristas "fueron brutales y mucho peor de lo que ha llegado a decir la CIA". La responsabilidad de estos actos apunta a los psicólogos James Mitchell y Jhon "Bruce" Jessen.
Así, se les acusa de haber "diseñado, implementado y administrado personalmente un programa de tortura experimental" para la agencia de inteligencia. De esta forma, se iniciará un juicio federal que determinará si son los autores de dichos métodos de tortura.
La Unión Americana de Libertades Civiles inició la demanda en nombre de dos hombres que fueron capturados y detenidos por la CIA, y la familia de un tercero que murió de hipotermia mientras estaba bajo custodia. Alegan que fueron golpeados, privados de sueño, forzados a soportar temperaturas extremas y sometidos a una forma de 'waterboarding', una técnica que simula el ahogamiento. Al supervisar el diseño de "tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes", alega la denuncia, el Sr. Mitchell y el señor Jessen violaron las normas internacionales y fueron responsables de "crímenes de guerra".
Por lo que respecta a la defensa de Mitchell y Jessen, sus abogados argumentan que asesoraron a la CIA sobre el tratamiento de "detenidos de alto valor" pero que cesó en 2002, por lo que "no hay conexión" entre las técnicas que propusieron y el tratamiento que recibieron los tres hombres. Así, rechazan la afirmación de la ACLU de que las técnicas tenían como objeto reducir a los detenidos a un estado de "total desamparo".
Sin embargo, el juez Justin L. Quackenbush, ha conseguido trasladar el caso a la Corte, pues no pone en duda que ambos participaron en los interrogatorios. De hecho, cita un informe del inspector general de la CIA que reflejaba que el señor Jessen "desempeñó un papel significativo" en el interrogatorio de Gul Rahman, el hombre que murió bajo custodia.
"Este es un día histórico para nuestros clientes y todos los que buscan la responsabilidad por la tortura", dijo el abogado de la ACLU, Dror Ladin, en un comunicado de prensa. "El fallo del tribunal significa que por primera vez, las personas responsables del brutal e ilegal programa de tortura de la CIA se enfrentarán a una responsabilidad legal significativa por lo que hicieron".
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