Gales

La dura historia de una madre obligada a llevar a uno de sus gemelos muerto en el vientre durante semanas: "Fue insoportablemente cruel"

La mujer de 30 años estaba embarazada de gemelos, pero uno de los dos fallecció debido al síndrome de gemelo a gemelo. A pesar de ello, tuvo que continuar con la gestación para poder salvar la vida del otro bebé.

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El azucar de la leche materna protegería a los bebes del estreptococo del grupo BAgencias

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Laura Pridding de 30 años, junto con su pareja Ali Davies residentes en Wrexham (Gales), esperaban con ilusión el nacimiento de sus gemelos. Cuando estaba tan solo de 15 semanas de gestación los médicos le informaron de que sus bebés sufrían el síndrome de transfusión de gemelo a gemelo. Este síndrome implica que uno de los gemelos reciba menos sangre que el otro, por lo que los médicos recomendaron una cirugía con láser, antes de que la situación empeorase. Si no se realizaba la intervención, los dos bebés podían morir o que alrededor del 60% de sus cerebros resultara dañado durante el parto a causa de la falta de riego sanguíneo.

Durante la intervención, los médicos bloquearon todos los vasos sanguíneos que los gemelos compartían. Sin embargo, a pesar de que a intervención se realizó de manera exitosa y los resultados parecían ser positivos, uno de los bebés falleció pocas semanas después de la intervención. Laura notó que en la semana 21 los bebés se movían menos, cuando pasaron consulta, los médicos solo pudieron darle la triste noticia de que uno de los gemelos, al que habían llamado Henry, había fallecido.

Laura declaró: "Me dijo que uno de mis bebés no tenía latido. Ali y yo nos abrazamos sin poder contener las lágrimas. Sentí una desesperación total y una tristeza abrumadora, pero tenía que seguir adelante por George. Me aterrorizaba la idea de perderlo a él también".

A pesar de las malas noticias, Laura tuvo que seguir el proceso de gestación durante varias semanas más, por lo que declaró: "Fue insoportablemente cruel y las semanas siguientes fueron las peores de nuestras vidas, pero tuve que seguir adelante para darle a George la mejor oportunidad de sobrevivir".

En la semana 27, George nació mediante cesárea y pesó solamente 1,5 kilos, a lo que Laura declaró: "George nació gritando y era tan pequeño que cabía en la palma de mi mano. Oír su grito me produjo una sensación de pura alegría. Lloramos de alivio".

Después del nacimiento, tuvo que ser sometido a una operación durante las dos horas posteriores al parto, porque George también padecía el síndrome de la banda amniótica, lo que significaba que los dedos de sus pies se habían fusionado con la bolsa amniótica y permaneció ingresado durante 10 semanas en el hospital.

Actualmente "George tiene ahora siete meses, está sano y prospera, realmente es un pequeño guerrero" y añade: "Siempre está sonriendo y es un bebé muy feliz. Estoy muy agradecida, pero no dejo de pensar en Henry. Tenemos recuerdos de él en una caja en casa. Le adoramos, pero pase lo que pase siempre seré madre de gemelos".

Síndrome de transfusión de gemelo a gemelo

Este síndrome afecta a gemelos y a otros embarazos múltiples en los que los fetos comparten la misma placenta y los vasos sanguíneos pasan de un bebé a otro. El bebé que pierde la sangre se denomina 'donante' y el que la recibe se considera 'receptor'. Tanto el donante como el receptor, pueden sufrir graves consecuencias si el síndrome no se trata a tiempo. El bebé donante podría quedarse sin sangre y el bebé receptor podría presentar un exceso de ella, que podría producirle un paro cardiaco.

Para corregir el problema, se realiza una cirugía que se realiza con láser en la que se sellan los vasos interconectados entre los gemelos, consiguiendo que se reestablezca el flujo habitual de sangre.

Síndrome de la banda amniótica

También conocido como SBA, es una afección que se observa en un porcentaje muy pequeño. Se estima que en Estados Unidos, afecta a un bebé de entre los 10.000 a 15.000 nacidos. La afección consiste en que el saco amniótico está dañado, por lo que las fibras y tejidos del mismo entran en el líquido amniótico. En ocasiones, estas tejidos envuelven partes del bebé lo que dificulta la circulación sanguínea y el crecimiento del feto. A menudo afecta a los dedos de las manos, los dedos de los pies y los brazos. En la minoría de los casos puede afectar a la cabeza o al tronco del bebé.

Esta afección se suele detectar a través de una ecografía rutinaria entre la semana seis y la dieciocho.

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