El único sospechoso detenido por los atentados de Boston estaba desarmado. Dzhokhar Tsarnaev permaneció sin armas en el pequeño barco en el que se había atrincherado el pasado viernes en una zona residencial de la localidad de Watertown, según han informado diversas fuentes oficiales de seguridad a medios norteamericanos.
Estas informaciones discrepan de la versión del FBI y del Gobierno, según la cual Tsarnaev estaba fuertemente armado en el momento del asalto, había respondido a tiros a los agentes e incluso se había disparado a sí mismo en un intento fallido de suicidio, lo que le generó una herida grave en la garganta.
De esta manera, se plantearían nuevas incógnitas: cómo se hizo la herida que probablemente le impida volver a hablar y si realmente intentó suicidarse. Dzhokhar, el menor de los hermanos Tsarnaev, de 19 años, permanece ingresado en el centro médico Beth Israel Deaconess de Boston bajo un amplio despliegue de seguridad.
Algunas de las fuentes han indicado que las autoridades estaban desesperadas por capturarlo para poderle interrogar, pero no han podido precisar cuál fue la causa del tiroteo. Otras fuentes de seguridad han precisado, en cambio, que los disparos de la Policía se debieron fundamentalmente al caos del momento y al convencimiento de los agentes de que Tsarnaev estaba armado o tenía la intención de detonar explosivos.
Las mismas fuentes oficiales de seguridad han advertido de que no creen que los dos hermanos tuvieran relaciones con ninguna organización terrorista, aunque han admitido que las investigaciones se encuentran en sus primeras fases y hay que ser cautos a la hora de emitir conclusiones.
Otro detalle que tambien ha salido a la luz es que no sólo falló el FBI. Rusia alertó a Estados Unidos en "múltiples ocasiones" sobre Tamerlan Tsarnaev, que fue incluido en la base de datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (TECS). Así, cuando abandonó el país norteamericano rumbo a Rusia en enero de 2012, el TECS emitió una alerta a la Unidad Antiterrorista del FBI.
Ante la pasividad de las autoridades estadounidenses, las rusas insistieron en su llamamiento, aunque está vez se dirigieron a la CIA, que propuso la inclusión de Tamerlan en la lista TIDE, una base de datos sobre sospechosos de terrorismo.
