La Cámara de Representantes, de mayoría republicana, aprobó un proyecto de ley que autorizará a pagar retroactivamente los salarios de los funcionarios afectados por el cierre parcial de la Administración federal en EEUU, aunque continúa sin haber un acuerdo para restablecer la actividad.
Cuando se cumple ya el sexto día de paralización de la burocracia federal, los republicanos de la Cámara impulsaron una medida, que deberá ser aprobada ahora por el Senado, destinada a aliviar la incertidumbre de los millares de funcionarios que han sido licenciados temporalmente por falta de fondos.
Los demócratas se han negado hasta ahora a reabrir el gobierno "a trozos"
En una muestra rara de bipartidismo, la Cámara baja, de 435 miembros, reunió 407 votos a favor y ninguno en contra, para la legislación, que según todos los indicios cuenta con la simpatía de la Casa Blanca, pero que, de hecho, anulará cualquier ahorro que hubiera podido hacerse como resultado de la suspensión de empleo y sueldo a unos 800.000 empleados.
El jefe del Pentágono, Chuck Hagel, fue el primero en aprovechar la circunstancia para ordenar la vuelta a sus labores de unos 400.000 empleados civiles del Departamento de Defensa, el contingente mayor entre los afectados por el cierre parcial de la Administración central.
"La mayoría de los empleados civiles del departamento de Defensa, puestos en suspensión durante el cierre del gobierno, deberán volver al trabajo a comienzos de la semana próxima", avisó el comunicado de Hagel.
El Congreso ya había aprobado, al comienzo del conflicto, y Obama había promulgado sin titubear, una ley extraordinaria para garantizar las pagas a todo el personal militar y los cuerpos de seguridad, que siguen en sus puestos pero no cobrarán hasta que la crisis se solucione.
El Senado entró en sesión poco después del mediodía de hoy, pero no se ha fijado hora o fecha para la votación del proyecto de ley, o para la promulgación por parte del presidente Barack Obama. Aunque se desconoce todavía la opinión del Senado, donde los demócratas se han negado hasta ahora a reabrir el gobierno "a trozos" o mediante iniciativas parciales, las primeras declaraciones no han sido hostiles.
El jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, de Nevada, dijo que, con la aprobación del pago retroactivo de salarios a los trabajadores suspendidos, los republicanos han dado a los empleados públicos "una vacación pagada". Según los demócratas, resulta paradójico que los más extremistas de los republicanos fuercen un cierre de la Administración para ahorrar y ahora, metidos en un callejón sin salida, autoricen "vacaciones pagadas".
Reid añadió que la ley no es controvertida, pero "es cruel decir a los empleados que recibirán sus sueldos cuando reabra el gobierno y al mismo tiempo negarse a abrir el gobierno". La medida, por otro lado, en nada resuelve la paralización misma del Gobierno federal.
El cierre es el resultado de la negativa de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes a aprobar una ley provisional de gastos en ausencia de un presupuesto regular.
Una facción del Partido Republicano, inspirada por el movimiento Tea Party, ha condicionado los fondos para el funcionamiento de la Administración federal a la supresión de asignaciones para la aplicación de una reforma del sistema sanitario que el Congreso aprobó y Obama promulgó en 2010.
Los conservadores quieren forzar a toda costa una negociación sobre la ley sanitaria -que denuncian como totalitaria y ruinosa- y sobre la reducción drástica del gasto público, especialmente del destinado a subsidios y ayudas sociales.
El proyecto de ley autorizará a pagar retroactivamente los salarios de los funcionarios
Las encuestas muestran que la mayoría de los ciudadanos repudia el cierre del Gobierno, pero el estado de opinión contra el Partido Republicano no ha logrado todavía persuadir a los 49 representantes y cinco senadores alineados con el Tea Party para que cesen su obstrucción.
La gravedad de la crisis aumenta día a día al aproximarse la fecha en que el Congreso debe aprobar un incremento de la deuda nacional autorizada.
El Departamento del Tesoro ha advertido de que alrededor del 17 de octubre deberá cesar los pagos si no se aprueba un incremento de la deuda. El presidente Obama, que ha tenido que cancelar el viaje que este fin de semana iba a emprender por Asia, instó a los republicanos en su alocución sabatina a que "pongan fin a esta farsa" y aprueben una ley provisional de gastos que permita volver a la normalidad.