En México, el asesinato de Fátima Cecilia Aldriguett, una niña de siete años, ha conmocionado al país y a disparado la indignación y la presión sobre el Gobierno para que ataje la crisis de violencia en un país con unos 90 homicidios diarios, diez de ellos por violencia machista. El cuerpo de la menor fue hallada sin órganos en una bolsa de plástico, seis días después de que su familia denunciara que la pequeña había sido secuestrada al salir del colegio, en la alcaldía de Tlahuac.
En el vídeo de una cámara de seguridad se puede ver a la menor de la mano de una mujer, que por el momento no ha sido identificada, el pasado 11 de febrero, última día que se vio a la niña con vida.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México informó este lunes de que se investiga si el crimen fue un feminicidio y ofreció una recompensa de dos millones de pesos (unos 107.700 dólares) para encontrar a los responsables. Por su parte, la alcaldesa de la capital, Claudia Sheinbaum, acompañó a la familia en la entrega del cuerpo por parte de los servicios forenses, donde se comprometió a que el crimen no quede impune: "Sobre todo, justicia. Eso es lo que yo le dije a los familiares y lo que le digo a la ciudadanía. La seguridad para nuestras niñas y nuestras mujeres. Ese es mi compromiso".
La madre de la niña, María Magdalena Antón, acusó como responsable a Alan Herrera, quien habría agredido a otros miembros de la familia, aunque las autoridades no lo han confirmado. "Yo quiero que me apoyen, porque hoy fue mi hija, mañana puede ser la de ustedes", dijo ante la prensa.
Como muestra de indignación por el crimen los vecinos bloquearon los accesos a Santiago Tulyehualco, en el sur de la capital mexicana, y exigieron justicia a las autoridades. "Nos quieren ver la cara", exclamaban. En la puerta de la Escuela Primaria Enrique C. Rebsamen, donde fue secuestrada la niña, pegaron carteles con mensajes de indignación como: "Ni una más. Ya basta" o "Justicia para Fátima".
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, culpó al neoliberalismo de este tipo de crímenes: "Se miden los homicidios, pero no se mide el grado de descomposición social que produjo el modelo neoliberal". Pido a las feministas, con todo respeto, que no nos pinten las puertas, paredes...estamos trabajando para que no haya feminicidios". Mientras, los vecinos decían, "que se vaya" refiriéndose a Obrador.
La muerte de Fátima se ha producido en plena ola de indignación por el asesinato de Ingrid Escamilla, otra mujer que fue asesinada la semana pasada, y desencadenó tensas manifestaciones contra los feminicidios que se producen en el país.