Mientras el COVID-19 parece que empieza a contenerse en China, se propaga por el resto del mundo. Hay más de 2.700 fallecidos y 81.000 contagiados. La mayoría están en Asia aunque aumentan más las víctimas en Europa. Preocupan los casos de contagio y las muertes en Irán y Corea del Sur.
Hay un positivo en el norte de África, en Argelia. Se trata de un ciudadano italiano, ya en cuarentena. También hay varios países del centro de Europa que se suman a los afectados por el coronavirus.
Se confirman los primeros positivos en Austria, dos casos, uno en Croacia y otro en Suiza. Todos los infectados permanecen aislados y en situación estable en centros hospitalarios. Todos visitaron recientemente el norte de Italia, principal foco europeo del brote.
En Wuhan, epicentro del brote, y en las regiones próximas la velocidad de contagio ha descendido de manera notable gracias, según la OMS, al confinamiento y a las severas restricciones dispuestas por Pekín.
Sí aumentan los positivos en Corea del Sur, que confirma ya 12 muertos y más de 1.200 infectados. En Daegu son kilométricas las colas para la compra de mascarillas y el Gobierno estudia endurecer las cuarentenas.
También preocupa Irán, con 19 fallecidos y 95 infectados oficiales y foco de contagio en la región de Oriente Próximo. La tasa de mortalidad es un 13% más alta que en China. El propio viceministro de Salud daba positivo después de esta rueda de prensa en la que aparecía visiblemente enfermo.
La propagación del virus deja en el aire hasta mayo, por decisión del Comité Olímpico, la celebración de los Juegos de Tokio.
Hoy se ha conocido el primer caso de América Latina. Se trata de un infectado en Brasil.