El último escándalo de pederastia dentro de la iglesia católica ha sido en Pensilvania, Estados Unidos. Durante el juicio de estos casos, se ha podido saber en las 1.356 páginas del informe los abusos sexuales que han sufrido más de 1.000 menores por parte de los sacerdotes.
Tras este escándalo, El Vaticano se ha pronunciado a través del portavoz, Greg Burke. El portavoz ha calificado este caso como triste y vergonzoso, además exige responsabilidad tanto de los abusadores como de los cómplices. Burke pide autocritica por parte de la iglesia católica ante estos hechos.
Vaticano se ha comprometido a responsabilizar a los sacerdotes y obispos que permitieron que los abusos sexuales siguieran llevándose a acabo.