La nave espacial Starliner, de la compañía Boeing, aterrizó exitosamente este domingo en Nuevo México después de que fracasase el viernes en su misión de prueba de acoplarse a la Estación Espacial Internacional (EEI).
La nueva nave del grupo aeronáutico estadounidense Boeing, que atraviesa una crisis sin precedentes por los problemas de su polémico modelo 737 MAX, tocó tierra a las 07:58 hora de la costa este de EEUU (12:58 GMT) en White Sands, en el desierto de Nuevo México.
De esta forma, la CST-100 Starliner se convirtió en la primera nave estadounidense con capacidad de transportar humanos que se posa en tierra y no ameriza, como era habitual hasta ahora, destacó la NASA. Llegó a la Tierra en "buen estado" después de completar 33 órbitas en torno al planeta en un importante paso para que el desierto de Nuevo México se convierta en el "escenario de futuros aterrizajes tripulados".
Jim Bridenstine, administrador de la NASA que siguió la operación desde el centro de control en Houston (Texas), destacó que el trabajo de equipo "a través de desafíos y éxitos". Los desafíos a los que parece hacer mención Bridenstine son los problemas que surgieron el pasado viernes, cuando la nave, que iba a bordo de un cohete portador Atlas V de la United Launch Alliance (ULA), se separó del mismo, se desvió del rumbo previsto por problemas técnicos y no alcanzó la órbita buscada.
Esto hizo que este primer vuelo de prueba del Starliner para llevar astronautas a la EEI tuviera que renunciar a su misión y pensar ya en cómo regresar a la Tierra de manera "segura". Aunque Starliner no llegó a la estación espacial como estaba previsto, Boeing sí pudo completar una serie de pruebas, alcanzo una órbita estable y conservó suficiente combustible para múltiples oportunidades de aterrizaje, explicó la NASA.