Un juez ordena a la campaña de Trump que deje de hostigar e intimidar a las minorías hispana y afroamericana

Un juez de EEUU ha ordenado a la campaña del candidato presidencial republicano, Donald Trump, que no hostigue e intimide a las minorías hispana y afroamericana en los centros de votación del estado Ohio durante la jornada electoral del 8 de noviembre.

El juez de la corte del distrito norte de Ohio, James Gwin, tomó su decisión en base a la petición que Trump ha formulado en varias ocasiones para que sus seguidores se paseen por los centros de votación y supervisen "ciertas áreas" con el fin de evitar "fraude" en el día de las elecciones.

En su orden, el magistrado advierte de que se enfrentará a las autoridades judiciales cualquier individuo que cuestione el derecho a votar de algunas personas o que se dedique a "inspeccionar" sin autorización los centros de votación del estado de Ohio, con gran peso en los resultados electorales.

La orden contra la campaña de Trump, que tiene carácter temporal, fue emitida en respuesta a una petición del Partido Demócrata de Ohio, que expresó su temor a que la campaña del millonario "intimidara, amenazara, acosara y coaccionara a votantes en el día de las elecciones".

Los demócratas también querían que se emitiera una orden de alejamiento temporal contra el Partido Republicano de Ohio, pero el magistrado rechazó esa petición. En un movimiento similar, el Partido Demócrata de Michigan ha pedido a un juez federal de la ciudad de Detroit que actúe contra la campaña de Trump y aleje a sus seguidores de los centros de votación durante la jornada electoral ante el riesgo de sufrir "intimidación, amenazas y quizá incluso daños".

De momento, los demócratas ya han interpuesto peticiones similares en otros estados como Ohio, Nueva Jersey y Pensilvania. El movimiento de los demócratas se produce en unas elecciones muy particulares, en las que Trump ha denunciado continuamente que el sistema está "amañado" a favor de su rival demócrata, Hillary Clinton, y ha desafiado con no aceptar el resultado electoral, algo sin precedentes en la historia reciente de Estados Unidos.