Empleados de una fábrica de coches en Japón

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AQUELLAS CON MÁS DE 50 EMPLEADOS

Empresas japonesas comenzarán a controlar los niveles de estrés de sus empleados

Al menos una vez al año, y gracias a una medida impulsada por el Gobierno, las empresas niponas de más de 50 empleados se verán obligadas a controlar el nivel de estrés de sus empleados.

Las empresas japonesas de más de cincuenta empleados empezarán  a controlar el nivel de estrés de sus trabajadores una vez al año, según informó la cadena pública NHK.

Se trata de una medida impulsada por el Gobierno nipón para prevenir desórdenes mentales entre los trabajadores del país asiático, que ha registrado un incremento en el número de asalariados que enferman a causa del estrés laboral.

Por ello, los empleados de las empresas japonesas deberán rellenar anualmente un cuestionario sobre el ambiente y las relaciones en el centro de trabajo, así como detallar cambios en sus condiciones físicas y mentales.

Los empleados cuyos resultados denoten "demasiado estrés" serán derivados a doctores, que concluirán si la compañía ha de reducir su carga laboral o reasignarle a otro departamento, detalla la cadena NHK.

Según datos del Ministerio de Sanidad nipón, alrededor de la mitad de los trabajadores de Japón se quejan de padecer "ansiedad y estrés" relacionados con su empleo.

Por ello, un portavoz de este Ministerio, Katsutoshi Tsukamoto, destacó que existe la "necesidad" de atender a la salud mental de los trabajadores de Japón, un país de 130 millones de habitantes donde sólo medio millar recibió una prestación por depresión o desórdenes mentales en el primer trimestre de 2015.

A su juicio, el seguimiento del estrés en el entorno laboral ayudará a prevenir trastornos mentales y mejorará el ambiente en los centros de trabajo del país.

Los altos niveles de estrés entre los trabajadores son un problema de salud pública además de en Japón en otras zonas como Europa o Estados Unidos.

En concreto, el estrés es el segundo problema de salud relacionado con el trabajo más frecuente en Europa con un coste para su economía estimado en 136.000 millones de euros al año, mientras que un tercio de los trabajadores estadounidenses sufren cuadros de estrés crónico en el trabajo.

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