El primer rehén que huyó del secuestro de una cafetería en Sídney perpetrado el lunes por un refugiado iraní armado, y que culminó con tres muertos, ha recordado el "alivio" que sintió al escapar y ver a la Policía. "Nunca sentí tanto alivio en mi vida cuando giré la esquina y vi a esos policías armados", relató John O'Brian, de 83 años y el primero de los cinco rehenes que lograron huir del clérigo musulmán Man Horan Monis, quien tomó la cafetería durante casi 17 horas hasta que la Policía intervino tras supuestamente oír disparos en el interior.
El anciano, quien junto a otro hombre salieron corriendo por una de las puertas laterales del establecimiento, había acudido a ese lugar tras una cita con el oculista. O'Brian agradeció a los policías, al personal de emergencias y rindió tributo a Tori Johnson y Katrina Dawson, quienes murieron, al igual que el secuestrador, durante el desenlace del incidente.
El clérigo iraní, a quien Australia le otorgó el asilo político en 2001, gozaba de la libertad condicional como supuesto cómplice de la muerte de su exesposa y había sido acusado de delitos sexuales, además de ser conocido por enviar cartas ofensivas a los familiares de soldados muertos en Afganistán.
Datos como éste se van sabiendo poco a poco fruto de la investigación. Uno de los fallecidos perdió la vida al enfrentarse con su secuestrador. El encargado de la cafetería intentó arrebatar el arma al agresor pero resultó herido de muerte en el forcejeo. El disparo pudo desencadenar la intervención de la Policía. La segunda fallecida murió al tratar de proteger a una compañera embarazada.
Por otra parte, la Policía australiana señaló que se opuso a la concesión de la libertad condicional para Man Haron Monis. "Estábamos preocupados de que este hombre obtuviese la libertad condicional desde el principio", indicó el comisionado de la Policía del estado de Nueva Gales del Sur, Andrew Scipione, en una rueda de prensa. Las autoridades reclamaron que se le denegara la condicional, pero Scipione precisó que esa decisión estaba en manos del sistema judicial.
