Encuentran restos humanos quemados y disueltos en ácido en el 'matadero humano', la cárcel de Sednaya de Siria

Lo que se respira en la cárcel de Sednaya, en Siria, es horror. A esta prisión se le conoce como el 'matadero humano'. Ahora se está encontrando restos de personas disueltos en ácido y quemados. Poco a poco los rebeldes van accediendo a esas celdas secretas que son auténticas cámaras de tortura.

En las cárceles sirias se están derribando muros en busca de familiares retenidos en celdas subterráneas secretas. Cientos de presos están siendo liberados. Llevaban años denunciando torturas. En la de Sednaya aparecieron mujeres y niños encarcelados en unas condiciones infrahumanas.

Los equipos de rescate sirios han encontrado los cuerpos de 15 civiles asesinados "bajo brutales torturas" en la prisión de Sednaya. Está a unos 30 kilómetros al norte de Damasco. Así lo ha detallado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Según esta ONG, los rescatistas continúan las labores de búsqueda de supervivientes en esta prisión.

Por su parte, la Defensa Civil siria, conocida como los cascos blancos, llegó el lunes a esta prisión, que era gestionada por la Policía Militar siria y conocida por el uso de la tortura contra miles de presos, para rescatar a detenidos en posibles celdas subterráneas ocultas. En un comunicado enviado esta madrugada, el grupo indicó que había llevado a cabo una "búsqueda exhaustiva en todas las secciones, instalaciones, sótanos, patios y áreas circundantes de la prisión" con la ayuda de "personas familiarizadas" con el recinto.

La cárcel ha sido denunciada durante años por organizaciones de derechos humanos como un centro de tortura y ejecuciones extrajudiciales. Es conocida como un símbolo de la opresión del régimen, su apertura marca un evento simbólico en la ofensiva 'relámpago' que ha puesto fin a cinco décadas de gobierno del partido Baath.

En 2017, Amnistía Internacional publicó un informe llamado 'el matadero humano' en el que detallaba cómo entre 2011 y 2015 entre 5.000 y 13.000 personas, en su mayoría civiles opositores, fueron ejecutadas en secreto. Las ejecuciones eran precedidas por juicios 'exprés' que duraban entre uno y tres minutos. Los prisioneros, engañados con la promesa de un traslado a prisiones civiles, eran llevados a un sótano donde se les golpeaba durante horas antes de ser ahorcados. Los cadáveres eran trasladados en camiones al hospital militar de Tishreen para su registro y posterior sepultura en fosas comunes.

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