Estados Unidos defendió en la ONU que la violencia de este lunes en la frontera de Gaza no tiene ninguna conexión con el traslado de su embajada a Jerusalén y defendió la respuesta dada por Israel a las protestas.
"Aquellos que sugieren que la violencia en Gaza tiene algo que ver con el emplazamiento de la embajada de Estados Unidos están sumamente equivocados", dijo la representante estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, al Consejo de Seguridad. Haley culpó de todo lo ocurrido a Hamás y consideró que Israel ha demostrado mucha "contención" en su reacción. "¿Quién entre nosotros aceptaría este tipo de actividad en su frontera? Ningún país en esta sala actuaría con más contención que Israel", dijo.
La diplomática acusó a Hamás de estar determinado a "hacer miserables las vidas de los palestinos" y aseguró que el movimiento islamista está "satisfecho con los resultados de ayer". Según Haley, las protestas de este lunes van en línea con lo que ha hecho Hamás durante años y no guardan relación con el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén.
La diplomática defendió ese movimiento y dijo que debe ser "motivo de celebración para los estadounidenses". "Llevar la embajada de Estados Unidos a Jerusalén era lo apropiado", dijo Haley, que insistió en que ello no prejuzga el resultado de ningún acuerdo de paz que puedan alcanzar palestinos e israelíes.
Como acostumbra a hacer en las reuniones sobre el conflicto de Oriente Medio, la embajadora estadounidense dedicó una buena parte de su intervención a denunciar las acciones desestabilizadoras de Irán en la región y a pedir al Consejo de Seguridad que les preste más atención.