Las autoridades de Estados Unidos han detenido en Nueva York a un antiguo guardia nazi de 95 años y han procedido a deportarlo a Alemania, donde deberá rendir cuentas por las atrocidades cometidas en el campo de trabajo de Trawniki, en el que fueron asesinados unos 6.000 judíos en noviembre de 1943.
Jakiw Palij, residente en el barrio neoyoquino de Queens, nació en una parte de la antigua Polonia que hoy forma parte de Ucrania y emigró a Estados Unidos en 1949. Ocho años más tarde obtuvo la nacionalidad, después de ocultar un pasado en las filas de las SS que no reconoció ante el Departamento de Justicia hasta 2001.
Un juez le retiró la ciudadanía estadounidense en 2003 y Palij tiene una orden de deportación pendiente desde el año 2004. Dicha orden no habría podido cumplirse hasta ahora por la negativa europea a recibirle, pero según la Casa Blanca el actual presidente, Donald Trump, se había marcado su traslado como una prioridad.
"Mediante extensas negociaciones, el presidente Trump y su equipo han logrado la deportación de Palij a Alemania y han avanzado en los esfuerzos de colaboración de Estados Unidos con un aliado europeo clave", reza la nota oficial de la Presidencia norteamericana.
Trump ha celebrado que este "criminal de guerra" pueda finalmente abandonar territorio estadounidense y ha recordado su compromiso con los supervivientes del Holocausto y sus familias. En este sentido, el caso de Palij demostraría que "Estados Unidos no tolerará a quienes han facilitado crímenes nazis y otras violaciones de Derechos Humanos".
La Casa Blanca ha subrayado que Palij, como guardia armado del campo de trabajo de Trawniki, "desempeñó un papel indispensable" en la que está considerada una de las mayores masacres del régimen de Adolf Hitler.