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ANTES DE LA REUNIÓN DEL G20
Estados Unidos estudia medidas contra Corea del Norte tras el último lanzamiento de un misil
De momento, Estados Unidos y Corea del Sur han respondido con un ensayo conjunto de misiles al lanzamiento norcoreano. Aunque la principal estrategia de Trump hasta el momento es centrar los lazos con China.
El Gobierno de Estados Unidos estudia este miércoles opciones tras el exitoso ensayo de un misil balístico intercontinental por parte de Corea del Norte, un proyectil que, aseguró el Pentágono, "nunca habían visto antes" y que, según estimaciones, podría alcanzar Alaska.
El capitán Jeff Davis, portavoz del Departamento de Defensa, aseguró que el misil es de un tipo "nunca visto antes", mientras que funcionarios estadounidenses indicaron a la cadena CNN que tiene componentes similares a un cohete KN-17, probado por primera vez por el régimen norcoreano el pasado mes de abril.
Aunque los expertos coinciden en que Pyongyang aún está lejos de desarrollar sus capacidades nucleares de largo alcance, el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, aseguró este martes que el lanzamiento muestra una "nueva escalada de la amenaza" y los analistas coinciden en el avance militar del país asiático.
"No hay opciones realistas y viables para detener el desarrollo de las capacidades nucleares y de misiles de Corea del Norte, más allá de negociar un acuerdo de congelación", consideró en una entrevista a Efe Toby Dalton, codirector del Programa de Política Nuclear del centro de estudios Carnegie Endowment for International Peace. Agregó que "las operaciones militares corren el riesgo de una escalada que podría dejar a Corea del Sur muy dañada; la presión económica y diplomática no ha funcionado hasta la fecha y parece poco probable que lo haga en el futuro".
El lanzamiento, registrado el Día de la Independencia de Estados Unidos, el 4 de julio, supone la última provocación de Pyongyang, pero también una muestra de sus progresos militares de cara a la comunidad internacional.
El nuevo cohete Hwasong-14 añadió a su predecesor, lanzado el mes pasado y considerado de medio alcance, aproximadamente ocho minutos de tiempo de vuelo, unos 145 kilómetros de distancia.
Este paso podría aumentar considerablemente la capacidad de Corea del Norte de apuntar a los 48 estados continentales de Estados Unidos, explicó Jonathan Wood, director de riesgo global de Control Risks a la cadena CNBC. "Este lanzamiento es un paso adelante, acelera el plazo en el cual se esperaba que Corea del Norte desarrollara una capacidad intercontinental, pasa de quizás tardar entre cinco y diez años a hacerlo en unos cinco", apuntó Wood.
Por otra parte, la demostración de músculo militar norcoreano impacta también en las relaciones de los países de la región con Washington y la estrategia diplomática del Gobierno de Donald Trump.
Al partir este miércoles hacia Europa para asistir a la reunión del G20, el presidente estadounidense fue preguntado por los periodistas sobre la situación con Corea del Norte, a lo que el magnate contestó escuetamente: "Lo vamos a hacer muy bien".
De momento, Corea del Sur y EE.UU. han respondido con un ensayo conjunto de misiles al lanzamiento norcoreano. Sin embargo, la principal estrategia de Trump hasta el momento para controlar a Corea del Norte se centra en sus lazos con China, que, por otra parte, es el principal aliado financiero de Pyongyang. Para Dalton, "la opción 'lograr que China haga algo' fue siempre muy fantasiosa".
A su juicio, Estados Unidos "debe reaccionar trabajando para lograr las condiciones adecuadas para una negociación exitosa". La posición de Estados Unidos hacia China hasta la semana pasada ha sido mucho más suave que la planteada por el Gobierno del expresidente Barack Obama y mucho menos contundente de lo que el propio Trump había sugerido durante la campaña electoral.
En la última semana, Trump ha insinuado una línea algo más dura sobre Pekín, tras conocerse el incremento del comercio entre China y Corea del Norte en el primer trimestre del año, pero en cualquier caso parece remoto que fructifique la posibilidad de una intercesión china. "Dicho esto, no está claro si la Administración Trump podría decidir optar por las negociaciones (con Corea del Norte) ni cuándo", reconoció el experto.
En su opinión, es "improbable" que mantener la política de "presión inicial" reduzca las tensiones. "La tendencia natural será que Estados Unidos y Corea del Sur amplíen sus amenazas -como sus pruebas con misiles y los ejercicios que comenzarán pronto- pero estas acciones tienden a reforzar la determinación de Corea del Norte y no llevarla a capitular", argumentó.
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