Estados Unidos necesita más tiempo para emitir una decisión sobre el uso de la vacuna de Janssen. Un panel de expertos asesores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos reunidos de emergencia han adelantado que no consideran que la vacuna contra el COVID-19 de la farmacéutica Johnson&Johnson sea necesariamente peligrosa o que los riesgos superen a los beneficios pero han señalado que prefieren ser cautelosos y continuar con la paralización hasta que cuenten con el nivel de evidencia que haga que se sientan cómodos para tomar una decisión.
Estados Unidos suspendió la administración de la vacuna contra la COVID-19 de Janssen debido a su posible relación con la formación de coágulos de sangre poco comunes. Se espera que la próxima semana se vuelvan a reunir para seguir abordando el biológico desarrollado por la farmacéutica estadounidense.
La vacuna de Johnson & Johnson se suspendió en Estados Unidos después de que se registraran 6 casos de coágulos sanguíneos entre los casi 7 millones de personas que han recibido la vacuna en el país. De entre estos casos, una persona falleció. A raíz de estos hechos la propia farmacéutica decidió retrasar la entrega de las dosis previstas del suero a Europa.
El perfil de los pacientes es mayoritariamente mujeres con edades entre los 18 y los 48 años que comienzan a presentar síntomas entre 6 y 13 días después de haber recibido la vacuna. Lo raro de estos casos es que todos presentaron una afección conocida como trombocitopenia, en la que el cuerpo tiene un nivel bajo de plaquetas.