Muchos fabricantes de automóviles y empresas de tecnología prometían ponerlos a la venta en el año 2020 o 2021 y la aprobación de esta propuesta podría ayudarles a cumplir con su promesa.
El proyecto de ley que fue aprobado en julio permitía a los fabricantes desplegar hasta 100.000 vehículos de este tipo sin cumplir con los estándares de seguridad automotriz, pero la ley que se presenta hoy para acelerar el despliegue de vehículos autónomos obliga a los fabricantes a presentar informes de evaluación para saber que funcionan correctamente.
El coche del futuro será completamente autónomo, permitiendo adelantar, aparcar o cambiar de carril sin que el conductor preste ningún tipo de atención. Media docena de cámaras, radares y un láser van a permitir que esto suceda.
En tres años los expertos calculan que circularán unos 250 millones de coches autónomos y que estarán conectados entre sí para evitar accidentes.
Pero, pese a que sean autónomos, siempre tendrá que ir una persona en el asiente del conductor con el fin de que supervise que todo funciona correctamente y que tome el control del vehículo en situaciones de riesgo.