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EL PAÍS RINDE HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS

Este lunes se cumplen dos años del tsunami en Japón con todavía 300.000 desplazados

Japón homenajea a las más de 19.000 personas que perdieron la vida hace dos años en el terremoto y posterior tsunami en la costa norte del país. En su segundo aniversario todavía hay más de 300.000 personas que viven en casas provisionales y se siguen procesando los deshechos de materia contaminada, sobre todo en los lugares colindantes a Fukushima.

El reloj de la costa norte de Japón se paralizó a las 15:25 del 11 de marzo del 2011, cuando llegó una ola de más de 23 metros de altura. Las numerosas bahías de la región facilitaron la salida del agua tras el terremoto de magnitud 9. El saldo final se elevó a casi 19.000 muertos y desaparecidos.

Con motivo del segundo aniversario este lunes del terremoto y el tsunami que "devastaron" el noreste de Japón, desde este fin de semana, se rinde homenaje a las víctimas. Una de las propuestas de las autoridades niponas es que un barco que fue arrastrado hasta la tierra se mantenga en el mismo lugar como "monumento a la memoria". El proyecto ha calado entre la población y los vecinos de la zona han ido acumulando todo tipo de objetos que fueron empujados por la gran ola. Así, pretenden abrir un museo donde puedan ser exhibidos.

La realidad de los afectados es que hay más de 300.000 evacuados que dos años después continúan viviendo en casas temporales y viven como refugiados ayudados por ONG en su propio país. Uno de ellos se queja de su situación desesperante: "Nosotros no podemos hacer nada, sólo los poderosos, los gobiernos y los políticos pueden actuar".

En diferentes centros las ONG que quedan en el país se ocupan de los refugiados, cocinan para ellos y les escuchan. Un trabajador explica la evolución de los que allí viven: "En los últimos tiempos noto que la mayoría quieren saber ya cuánto tiempo más se tendrán que quedar aquí".

El mayor problema en las áreas más afectadas, como Fukushima es separar los depósitos de materia contaminada del resto. Un trabajador de una planta da cuenta de la situación: "Sabemos tan poco a pesar de nuestros esfuerzos, es una carrera contrarreloj y lo más urgente es acabar de procesar los deshechos".

 

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