El ejército prosigue su ofensiva para recuperar el Este de Ucrania. En las últimas horas, ocho personas han perdido la vida en los enfrentamientos entre tropas y separatistas.
Los prorrusos siguen atrincherados en las ciudades de Donetsk y Slaviansk. Son localidades donde se ha impuesto el toque de queda y reina la anarquía.
En los últimos días se han multiplicado los asaltos a los comercios. Un estado de guerra, que ha empujado a muchos civiles a huir a Crimea. Esta región, ocupada por Moscú desde marzo y que hoy adopta el rublo como moneda, se ha convertido en el refugio para centenares de prorrusos.
"Es un momento terrible para nuestro pueblo, hermanos matando hermanos" asegura una ciudadana huida de Slaviansk.
Otro frente para el gobierno ucraniano es el de los manifestantes de la plaza Maidán de Kiev, que se niegan a abandonar el lugar tras ocho meses acampados.
"Hasta que el gobierno no esté limpio de corrupción, hasta que no trabajen para unir el país, nadie se moverá de aquí" afirma uno de los ocupantes del espacio más representativo de la capital ucraniana.
Mientras, se desconoce el paradero de los ocho observadores internacionales de la OSCE, retenidos por los separatistas desde el pasado lunes.
