Esto es lo que se sabe de la futura estación lunar de China y Rusia para explorar el espacio

Se han revelado nuevos detalles sobre la Estación Internacional de Investigación Lunar (EIIL), un proyecto conjunto entre China y Rusia. En esta estación tratarán de estudiar la evolución del satélite lunar y averiguar si sería posible la vida humana en otros planetas. Estos serán sus dos grandes objetivos.

Se investigará y estudiará para responder a la gran pregunta '¿estamos solos en el Universo?' Según el director de la división de exploración lunar y del espacio profundo de la Academia de Ciencias de China, Zou Yongliaoa, "la Luna es el campo principal de la exploración espacial", por lo que es necesaria esta estación para realizar este gran estudio. Para tratar de alcanzar los objetivos de este programa, se tratará, por ejemplo, de ver cómo se desarrollan plantas en el entorno lunar.

Aterrizaje tripulado en la Luna

La creación de la EILL es parte del programa Chang'e que comenzó en 2007 con el lanzamiento de una primera sonda. Una muestra más de la gran inversión que está haciendo China en programas espaciales, con los que ya han conseguido grandes avances. En 2019 lograron el alunizaje exitoso de una sonda en la cara oculta de la Luna, algo que no ha conseguido ningún otro país.

En 2021 Rusia se sumó al proyecto. La agencia espacial rusa Roscosmos firmó un acuerdo de cooperación con la Administración Espacial Nacional de China. Tras este acuerdo, el diseñador Wu Weiren declaró que "si el proyecto de la estación de investigación lunar se puede implementar con éxito, no se estará muy lejos de lograr un aterrizaje tripulado en la Luna".

Se construirá en el polo sur de la Luna

Se espera que la estructura básica de esta estación internacional de investigación lunar, que se construirá en el polo sur del satélite, esté acabada en el año 2028. En esta base contarán con módulos de alunizaje, vehículos para explorar, un sistema de energía, una infraestructura de comunicación y un sistema de sustento a la vida humana.

El proyecto conjunto en el que trabajan Rusia y China se espera que esté disponible en 2035.

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