La policía británica estudia varias hipótesis en su búsqueda del objeto contaminado con el agente nervioso Novichok con el que resultaron envenenados dos británicos el pasado sábado.
Los agentes confirmaron que Charlie Rowley, de 45 años, y Dawn Sturgess, de 44, se intoxicaron al manipular un objeto contaminado con Novichok, la misma sustancia con la que fueron atacados el exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia el pasado mes de marzo.
Más de un centenar de detectives de la unidad antiterrorista de la policía británica y agentes de la policía local de Wiltshire trabajan en las pesquisas, que ahora se centran en encontrar el objeto contaminado, una búsqueda que, según algunos expertos, podría alargarse durante semanas o meses.
Una de las hipótesis con la que trabajan los investigadores, desvelada por el diario británico 'The Times', es que la pareja tendría problemas con las drogas y se contaminó con una jeringuilla. Además, se sospecha que ese instrumento podría haber sido empleado por los autores del envenenamiento de los Skripal.
Otra de las teorías que estaría barajando la policía, según los medios británicos, es que los afectados encontraron por casualidad el recipiente que se uso para transportar el agente en el ataque al exespía. Sin embargo, por el momento no han podido confirmar si el agente nervioso con el que han estado en contacto pertenece al mismo "lote" que aquel que envenenó a los Skripal.
Varios agentes ataviados con trajes protectores entraron a rastrear un hostal de Salisbury, donde la mujer, madre de tres hijos, reside. Asimismo, habrían examinaron el piso del hombre, situado a las afueras de Amesbury, donde se encontraron indispuestos el pasado sábado.
La pareja cumplió su sexto día ingresada en estado crítico en el mismo hospital en el que estuvieron los Skripal, después de resultar envenenados con esa misma sustancia.
El Novichok es un agente nervioso de fabricación rusa que, según revelaron expertos del Gobierno británico a la cadena pública BBC, resulta tan tóxico que es capaz de traspasar la piel y no necesita ser ingerido para producir efectos.
Tras entrar en contacto con la sustancia, que bloquea en minutos los mensajes de los nervios a los músculos, Skripal permaneció en el hospital durante dos meses y medio, mientras que su hija Yulia recibió el alta el 10 de abril, poco más de un mes después del ataque.
Por su parte, Rowley y Sturges continúan en estado crítico y recibiendo tratamiento, sin que el hospital haya adelantado nada sobre su recuperación. Además, el centro sanitario ha asegurado que opera "con normalidad" y ha instado a los pacientes a acudir a sus citas médicas.
El Gobierno británico ha vuelto a señalar a Rusia como posible culpable del incidente, como ya hiciera en el caso de los Skripal, mientras que Moscú continúa negando cualquier de implicación.
El ministro del Interior británico, Sajid Javid, instó ayer a Moscú a dar explicaciones sobre lo ocurrido, mientras que la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, pidió a las autoridades británicas que no incurran en "juegos políticos sucios" al relacionar ambos casos.