El asunto se trató en una reunión informal de los líderes de la UE (sin el Reino Unido), donde se habló de las ideas que se quieren incluir en la declaración que aprobarán en Roma el próximo 25 de marzo, durante una cumbre por el 60 aniversario de la UE.
Al término del encuentro, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, insistió en rueda de prensa en que la opción de las varias velocidades, que permitiría cooperar más estrechamente a los países que quisieran hacerlo, no supondría un nuevo "telón de acero" entre el Este y el Oeste de Europa. "He comprobado con sorpresa que algunos de nuestros colegas lo ven como introducir una nueva línea divisoria, un tipo de nuevo telón de acero entre el Este y el Oeste. No es la intención", aseguró.
Juncker: "No es la intención un tipo de nuevo telón de acero entre el Este y el Oeste"
En esta sesión informal no estaba previsto abordar el libro blanco presentado por la CE la semana pasada con cinco posibles escenarios del futuro de Europa tras el 'Brexit', pero varios Estados miembros aludieron a ello. Juncker explicó además que en la práctica la UE ya avanza a diferentes ritmos a través de la llamada "cooperación reforzada", en ámbitos como el espacio Schengen o la patente europea. Sin embargo, los países del Este, empezando por Polonia y Hungría, no quieren que la opción de avanzar en pequeños grupos figure en la Declaración de Roma, que se espera que incida en los principales retos y trace las líneas de futuro del proyecto europeo.
En particular, a estos países les preocupa quedar relegados en la toma de decisiones y quedar situados en un segundo plano. La primera ministra de Polonia, Beata Szydlo, aseguró que una UE de varias velocidades abriría la puerta a construir "clubes de élites" y en su lugar pidió que la Declaración de Roma incida en la unidad.
Sin embargo, Polonia fue el único país que se desmarcó de la unidad en la primera jornada de la cumbre, cuando los otros 27 países aprobaron la reelección del presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, con la oposición de Varsovia, que además no apoyó las conclusiones aprobadas por la cumbre. En Varsovia, además, el ministro polaco de Exteriores, Witold Waszczykowski, opinó que en la designación de Tusk "se cambiaron las reglas de juego de manera inesperada", en declaraciones a la radio pública polaca.
Polonia cree que una UE de varias velocidades abriría la puerta a construir "clubes de élites"
La semana pasada, la CE presentó un libro blanco con cinco opciones para diseñar la futura Unión a Veintisiete, ya sin el Reino Unido, que van desde una verdadera unión política y económica a un simple mercado único, e incluyen la idea de las multi-velocidades.
Días después, el 6 de marzo, los líderes de Francia, Alemania, España e Italia apoyaron en Versalles la opción de una Europa a varias velocidades para permitir sobrevivir al bloque comunitario en un momento en que se ve debilitado por el "brexit" y la fuerza de los populismos.
El presidente de Francia, François Hollande, reafirmó su apoyo a esta opción, aunque matizó que ello no debe suponer "cerrar la puerta" a ningún socio comunitario. "No se trata de excluir a nadie" pero "tampoco podemos admitir que un país, el que sea, pueda impedir a los demás avanzar más rápido", declaró Hollande. En la misma línea, el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, defendió las varias velocidades como orientación "necesaria" para responder a las exigencias de europeos e insistió en que no supondrá "una Europa a la carta".
También dejó claro que "no se trata" de "una elección de los cuatro o cinco grandes países contra los otros" o "de los países occidentales contra los de Visegrado y otros", en referencia a los Estados del Este de Europa. La canciller de Alemania, Angela Merkel, incidió en que la reunión por el 60 aniversario del Tratado de Roma subrayará el "espíritu de una Unión abierta para todos los Estados miembros en la que no queremos excluir a nadie".