Kim Jong Il, en televisión

Publicidad

ENTREVISTA DEL PREMIO PULLITZAR DE NOVELA, ADAM JOHNSON

Las excentricidades de Kim Jong-Il contadas por el que fue su amigo y chef

Un sueldo de 50.000 euros y dos mercedes. Con estas jugosas recompensas Kenji Fujimoto se convirtió en el chef personal, desde 1988 a 1999, de Kim Jong Il, el fallecido dictador de Corea del Norte. Su trabajo consistía, en un principio en preparar sushi fresco para el 'líder querido', sin embargo, con el paso del tiempo, se convirtió en su amigo, confidente y fiel ayudante.

Kenji Fujimoto, chef de Kim Jong Il, se convirtió sin embargo en un amigo de Kim Jong Il, con quien compartía un Burdeos mientras veían películas americanas, con quien iba a cazar, a montar a caballo o practicar esquí acuático.

Conocedor de todos sus secretos, excentricidades y de su vida más íntima, tuvo que abandonar el país en el año 2000 después de que se produjeran dos intentos de asesinato por parte del dictador norcoreano –que sospechaba que su cocinero le había traicionado–.

Adam Johnson, ganador del premio Pullitzer de Novela, ha entrevistado para la revista GQ americana al exchef de Kim Jong Il. Estas son algunas de sus excentricidades.

Brigada de jóvenes sexuales
Muchas jóvenes eran sacadas de sus casas para ser usadas como esclavas sexuales para Kim Jong-il. Bajo el nombre 'Joy Division', se había creado una brigada de las jóvenes norcoreanas más guapas del país que a los 16 años eran reclutadas para ser adoctrinadas y cumplir así con los deseos sexuales del dictador.

Dependiendo del humor del ‘querido líder’, como le llama Kenji Fujimoto, bien las ordenaba que le cantaran una canción romántica, que bailaran música disco, que hicieran un striptease o que improvisasen un combate de boxeo.

Kim Jung Il y su chef

Obsesionado con un posible envenenamiento
Un equipo 200 personas se encargaba de probar cada grano de arroz que Kim fuera a comer.Su obsesión con la juventud y su miedo a que pudieran matarle, hacía que obligase a su equipo a inspeccionar toda la comida.

Además, según señala Fujimoto, el arroz tenía que cocinarse a fuego lento con leña traída del monte Paektu, una de las montañas sagradas de Corea del Norte y donde el dictador nació.

Miedo a la soledad
Pero si el 'querido líder' tenía algún miedo por encima de todo, era el temor a ser abandonado. Su hermano murió ahogado cuando tenía 4 años y Kim resultó gravemente afectado por ello.

Dos años después, su madre murió por una enfermedad desconocida y pronto su padre se volvería a casar y se alejaría de Kim.

En avión al Mc Donald's de Pekín
El chef de Kim Jong Il tenía que cumplir con todas las exigencias y caprichos del líder. Por ello, Fujimoto se cogía varios vuelos a la semana para viajar a Pekín a comprar comida del Mc Donald's, a Irán a por caviar, a Francia a por un buen coñac, a Tokio en busca de pescado y a Dinamarca a conseguir cerveza.Como anécdota, Fujimoto reconoce que en coñac llegaba a gastarse más de medio millón de euros al año.

Una piscina hecha de oro
Una piscina olímpica subterránea a prueba de bombardeos es con lo que contaba el dictador.

Ésta, además, estaba forrada con azulejos de oro y su imagen se podía ver en el centro. Sin embargo, Kim no era fiel amigo del deporte, por lo que por el agua se movía con una tabla de surf flotante que mandó construir.

Pasión por el cine estadounidense
El chef de Kim Jing Il explicó en la entrevista que el líder llegó a coleccionar más de 30.000 cintas en VHS de películas americanas.Su afición por Hollywood se convirtió casi en una obsesión y Arnold Schwarzenegger se convirtió en su actor favorito.

Ello lo provocó Kenji, pues fue quien le introdujo en el cine estadounidense y con quien el hijo del dictador compartía un Burdeos mientras veían las películas made in Hollywood juntos.

Quería guardaespaldas como los de 'En la línea de fuego'
Otra de las anécdotas que el chef de Kim recuerda en su entrevista a GQ es cuando veían juntos 'En la línea de fuego'.

En la escena en la que Clint Eastwood corría junto al coche del presidente, Kim Jong Il se levantó de un salto y gritó "esta es la mejor escena de la película" y le dijo a sus guardaespaldas que "así es como quiero que me pritejáis a partir de ahora".

Publicidad